Una mujer dedicada a su religión se sintió "reprimida sexualmente" y tomó la decisión de dejar la iglesia (mormona) y volverse una actriz de contenido para adultos. Hacer películas porno.
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Se trata de Addie Andrews, de 30 años, quien funge un papel importante en la industria del contenido para adultos. Incluso, recién fue nombrada en la revista Penthouse como la 'Pet of the Month'.
La joven creció con una familia que era parte de una comunidad religiosa. Por ello, a los 17 años se unió a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
En entrevista para el medio New York Post, la mujer confesó que siempre siguió todas las reglas de su religión. Guardó el celibato en el matrimonio.
“El problema no es solo que se niegue el sexo prematrimonial, sino que lo convierten en un pecado muy grave y algo vergonzoso. Cuanto más me metí en la religión, más me alejé de mi propia identidad", afirmó Andrews.
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Sólo en una ocasión, antes de pasar años en celibato, tuvo relaciones sexuales. Se sentía como una monja, confesó.
"Estaba muy reprimida sexualmente. Fui esencialmente una monja, dedicada a la religión durante ese período de tiempo”, compartió.
Un año después, en 2017, dejó de asistir a la iglesia. Se mudó a California y se convirtió en actriz. Al no tener éxito comenzó a desenvolverse como bailarina exótica.
“Empecé a contactarme con muchos agentes porno”, comentó la estrella de cine para adultos.
Actualmente tiene más de 70 mil seguidores en Instagram. Cuenta con un representante y hasta su familia aceptó su nuevo estilo de vida.
“Sabía que se sorprenderían un poco cuando les contara sobre mi trabajo para adultos”, concluyó.
grb