¡Los más leales! Conoce la historia de El Negro y La Nena, lomitos del panteón en Tulancingo

El Negro y la Nena, dos lomitos Que mostraron su lealtad al permanecer junto a la tumba de sus dueños en el panteón municipal

Perritos de Tulancingo permanecieron en tumbas de sus dueños.
Pachuca /

A través de Facebook, se comparte una historia más de cómo los perritos son los seres más nobles y fieles, en esta ocasión la cronista de Tulancingo, Lorenia Lira dio a conocer a El Negro y La Nena, dos peludos que permanecieron en el panteón de este municipio junto a las tumbas de quienes en vida fueran sus dueños

La Nena y El Negro son perritos que llegaron al panteón de Tulancingo tras fallecer sus humanos incluso La Nena aún sigue ahí, por lo que Lorenia comparte a través de sus redes sociales esta conmovedora historia sobre los lomitos del panteón. 

En Tulancingo hay dos historias de perritos que no quisieron separase de sus dueños, aún en el panteón. El Negro llegó mediados de 2012 a dicho cementerio, y lo comenzaron a nombrar así, “El negro”. De acuerdo a los relatos de personal del panteón, iba acompañando a su fallecido dueño. Al terminar el servicio, El Negro no se quiso ir de la tumba, no se separaba del lugar. No comía. Hasta que semanas después aceptó poco a poco la comida que le ofrecían los trabajadores del lugar, pero sin separarse de la tumba. 

Con el paso de los meses, se ganó el aprecio de todos, en especial del Director, que, conmovido por la lealtad del can, al finalizar su administración se lo llevó a su casa derivado del vínculo que crearon ambos.

La segunda historia la de La Nena y es de esta administración de Tulancingo, se trata de una perrita a que también llegó con un servicio fúnebre y se quedó acompañando a su dueño durante días. Actualmente ha sido adoptada por los trabajadores del lugar, quienes la cuidan y le dan de comer. Ella los acompaña a sus labores, pero sin salir del panteón, sigue estando cerca de su antiguo dueño.

Según la cosmogonía nahua y maya, los perros pueden ver a las almas, también pueden verlas cuando se separan del cuerpo en la muerte. Los perros siempre están alertas cuidando a sus amos; es bien conocido el hecho, otras historias, en las que, tal como El Negro y La Nena, los lomitos hacen guardia sobre la tumba de sus amos, olvidándose de comer, y a veces hasta mueren ahí mismo.

Eso, y su relación simbólica con la oscuridad, explican por qué se ha considerado en muchas culturas a los canes como conductores de las almas al reino de la muerte.

Hasta la fecha, en México y por supuesto en esta zona de Hidalgo, mucha gente piensa que cuando alguien muere llega al gran río del inframundo, y si se portó bien con su perro, este lo ayudará a cruzar dicho río, permitiendo a su amo montarse sobre su lomo y llegar al recinto del dios de la muerte.

¿Qué te parecen estas muestras de lealtad de los lomitos? Ellos siguen amando y cuidando de sus amos hasta después de la muerte, en nosotros está corresponder de igual manera, cuidándolos y protegiéndolos.

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