Prácticamente desde que nació, el pequeño Víctor fue colocado en la lista de trasplantes, pues desde el embarazo de su madre, los médicos se percataron de que algo no iba bien, pues, a las 27 semanas de gestación, fue diagnosticado con gastrosquisis, por lo que ha pasado la mayor parte de su vida conectado a máquinas de alimentación. Ahora, podrá olvidarse de ello, pues acaba de ser dado de alta luego de seis exitosos trasplantes de órganos.
La gastrosquisis es un defecto del nacimiento en la pared abdominal en la cual, los intestinos y/u otros órganos salen por unas aberturas a los lados del ombligo, casi siempre a la derecha del cordón umbilical, por lo que desde que nació, se les informó a sus padres que el pequeño requeriría un trasplante multiviceral y hasta que llegara, tendría que vivir conectado durante 18 horas al día a una máquina de nutrición parenteral y alimentarse por medio de un catéter.
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Fueron 31 meses los que Víctor vivió de aquella manera. Sus papás, se la pasaban pegados a sus celulares esperando la llamada que les cambiaría la vida: la que anunciara que por fin tenían un donante para su pequeño. Y ese día llegó. Quién la recibió fue el padre, quien se encontraba trabajando y quien no podía creer la suerte de que, en medio de una pandemia (la del coronavirus), su hijo por fin podría recibir los órganos que mejorarían su calidad de vida.
La familia corrió desde Barcelona a la Unidad de Rehabilitación Intestinal y Trasplante multivisceral del Hospital La Paz de Madrid, España, a donde llegaron finalmente, en una ambulancia. Una vez allí, las enfermeras iniciaron los preparativos pre operatorios y el pequeño entró al quirófano.
A las 7:00 de la mañana, los médicos salieron a informar a la familia que los trasplantes de estómago, hígado, duodeno, intestino delgado, segmento de colon y páncreas habían sido todo un éxito, según informó en un comunicado la asociación NUPA, dedicada a atender a niños, adultos y familias con fallo intestinal, nutrición parenteral o trasplante múltiple.
El pequeño pasó 8 semanas en recuperación en el hospital, desde el pasado febrero en que lo operaron, y en medio de la pandemia de covid- 19, que sumó más nervios a su situación, debido a las medidas extraordinarias del personal médico
"Mantenían la distancia de seguridad con el niño siempre que podían, intentaban no meter maquinaria externa dentro de la habitación, se desinfectaba todo continuamente, nos indicaban cómo dar la medicación para evitar tocar el personal todo lo que iba a necesitar el niño después", han subrayado los padres, que agradecen "el esfuerzo de los equipos sanitarios, que ha sido impresionante".
Y, pese a las dificultades, fue dado de alta por lo médicos que lo atendieron. Ahora, son sus padres quienes tendrán que ocuparse del último periodo de recuperación del niño y quienes afirmaron que no recibirán visitas ni saldrán para nada hasta que la pandemia pase para no exponer al pequeño a la nueva enfermedad.
"Para el equipo médico, hacer un trasplante multivisceral en un niño cuya única esperanza es que le llegue ese injerto, es siempre motivo de alegría. Que éste tenga lugar tras más de dos años y medio en lista, y justo al inicio de esta crisis sanitaria, es una sensación ambivalente", dijo la jefa de la Unidad de Trasplante Intestinal de La Paz, Esther Ramos, quien además explicó que la evolución de Víctor ha sido impecable.
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