Los piercings nupciales podrían dejar atrás el sueño que muchas parejas, esperar el momento en que con un anillo llegue el compromiso oficial, previo a una gran boda, pero la nueva tendencia podría dejar en el pasado la antigua tradición de ‘pedir la mano’ de alguien.
Para realizar este piercing se requieren dos piezas: una placa plana que se coloca debajo de la piel y una pieza de joyería intercambiable que se pone en la superficie, en la que puede ir la piedra preciosa de tu elección.
Si la perforación no se realiza de manera profunda, la pieza comenzará a moverse, y si se hace casi superficial comenzará a encarnarse sobre la zona que se ha perforado.
Los médicos advierten que un piercing en el dedo implica un tiempo de curación que podría tardar hasta un año, en el cual se deberá tener cuidado de que no se enganche con nada, limpiar la zona para que no se infecte; en caso contrario, podría tener consecuencias que van desde una pequeña infección hasta la posible amputación del dedo.
Esta peculiar tendencia se está extendiendo entre las generaciones más jóvenes y argumentan que el piercing nupcial crea un vínculo mucho más profundo, pues implica un mayor cuidado y logra una verdadera conexión entre ellos.
LACP