La grana cochinilla es un colorante 100 por ciento natural que se obtiene de los cuerpos secos del insecto Dactylopiuscoccus. En la época prehispánica, en lo que actualmente es Oaxaca, los mixtecos desarrollaron un método de crianza de un insecto parasitario del nopal para obtener un pigmento rojo, cuya intensidad le permitió ingresar al mundo mágico de los símbolos sagrados. Este producto ahora lo producen manos poblanas.
Desde hace 10 años la familia García García, perteneciente a la junta auxiliar de San Francisco Tepeyacac, en el municipio de San Martín Texmelucan, se dedica a cultivar nopal y desde hace 8 años empezó a producir grana cochinilla.
En entrevista con MULTIMEDIOS, Mayeli García García explicó que parte de la historia de la grana cochinilla se encuentra en la época de colonización, ya que con la tinta que se obtenía de este insecto se teñía la ropa de reyes, nobles y del clero, incluso se utilizaba para artesanías y tapices.
Narró que antes la producción se concentraba principalmente en Oaxaca, sin embargo, su familia ahora también la elabora. Explicó que siempre se han dedicado a la siembra de maíz, frijol, hortalizas y hace 10 años, cuando incrementó el precio de algunos insumos para el cultivo de estos productos, empezaron a sembrar nopal y así encontraron un colorante natural y otra fuente de ingresos: la grana cochinilla.
“La grana cochinilla le daba ese color rojo como un tema de poderío en sus prendas, a ellos les gustaba mucho, por eso es que la grana cochinilla aquí en México se producía y ahora la producimos nosotros”, mencionó.
Añadió que obtener este producto no les ha sido fácil, ya que lleva ciertos cuidados; uno de ellos es la temperatura, pues se necesita calor para existir, pero su exceso provoca que se queme y se pierda.
Mayeli mencionó que de la grana cochinilla se puede obtener aproximadamente una variedad de 260 tonalidades, en gamas roja, naranja, rosa y violeta. Compartió que actualmente se ha impulsado una pequeña empresa artesanal que lleva por nombre "Nopalyecac", en la que participan ocho de sus familiares, quienes al año producen de 200 a 250 kilos de este colorante.
Actualmente, la comercializan con algunos artesanos de la región y la venden en grandes cantidades al estado de Oaxaca, donde la utilizan para pintar telas, hacer veladoras e incluso para obras artísticas.
Explicó que el proceso consiste en retirar el insecto para después deshidratarlo; el proceso tarda hasta tres meses y después la grana cochinilla está lista para venderse y transformarse: “Retiramos insecto por insecto para después ponerlo a deshidratar así unos tres meses y posteriormente ya está listo para comercializarse, quedan algunas crías que son a las que les vamos dando vuelta para seguir teniendo el producto”, señaló.
Esta pequeña empresa no se queda ahí, pues pretende trabajar para lograr una mayor producción; para ello, la familia prepara una máquina propia para agilizar el proceso de obtención de la grana cochinilla.
Por su parte, Rubén, padre de Mayeli, explicó que la familia sigue con el emprendimiento con otros productos a base de nopal como galletas y yogur, y ha abierto un taller de pintura para mostrar las tonalidades que se pueden obtener con la grana cochinilla.
AFM