Imagínate tener un lugar favorito para ir a comer, en el que, en serio, disfrutes la comida como en ningún otro restaurante y que, de repente, tengas que dejar de ir por estar enfermo. Pues esto fue lo que le pasó a una pequeña de tres años que enfermó de leucemia, y que tuvo que dejar de ir a su restaurante favorito porque no puede estar en lugares concurridos debido a su padecimiento.
Sin embargo, el restaurante J. Wilson, ubicado en Beaumont, Texas,
entendió que tenía una deuda con una de sus clientes más fieles, por lo que abrió sus puertas fuera del horario normal, a las 8:45 horas (abre normalmente a las 10:00) para atender a Adelaide y su familia en un establecimiento que también estaba más limpio que de costumbre.
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La historia de la pequeña Adelaide Stanley es un tanto triste, pues el diagnóstico de su leucemia llegó hace menos de un año, el 1 de julio de 2019, según relataron medios locales, justo en el día de su cumpleaños.
Desde entonces ha estado sometida a un tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, como sus defensas son muy bajas, relató su padre, Jordon Stanley, a Good Morning America, un simple resfriado podría mandarla al hospital, por lo que debe evitar a toda costa visitar lugares concurridos.
Sin embargo, la pequeña, antes de enfermarse, amaba ir los domingos a comer ahí, por lo que le pidió a su padre que la llevara. Él sólo pudo responderle que cuando se recuperara irían a celebrar, sin embargo, al notar la tristeza de la niña, su madre, Vanlam Nguyen, se comunicó con una amiga que contactó a los dueños del lugar.
El restaurante los recibió en un ambiente limpio, y no les cobró por el desayuno. La familia agradeció el gesto en Facebook, en donde compartió las fotografías que se volvieron virales.
cjr