Se puso las botas negras, el traje rojo y la barba, así es como el señor Gregorio sale a trabajar en su taxi color rojo con amarillo.
Un nacimiento en el capacete del Marcha de la base Cobra, le da estilo a su look navideño, el cual adoptó, porque dice, le gusta ver feliz a la gente.
Tiene 50 años de edad, 15 años como taxista y, desde hace tres años, determinó vestirse de Santa Claus durante la época de fin de año.
Una de las principales satisfacciones, cuenta el trabajador del volante, muchas veces no es que los niños lo vean, sino despertar los recuerdos de los papás que se emocionan mas, hasta saltan.
“El adulto vuelve a hacer niño, brinca, me grita Santa mi bicicleta y por eso, mientras Dios me preste vida, lo vamos a seguir haciendo", comenta al pasar por el Centro de Tampico.
Se estaciona a un costado de la plaza de Armas, frente a la presidencia, y de inmediato llama la atención de los niños y de los bebés, a quienes pasean en carreolas por la calle.
Gregorio Méndez Alvarado, conocido como “el Santa del taxi", refiere que las buenas acciones son las que se deben hacer durante los momentos difíciles, tal es el caso de la pandemia, y todo para dar esperanza.
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"Mi objetivo es robarle una sonrisa a la gente, porque al verme son felices, el menor se queda pasmado, pero se alegra más el adulto que el niño y yo, me pongo más alegre que ellos".
El Santa tampiqueño pide que lo saluden, que le griten y hasta que le pidan una fotografía, él va a hacer lo posible para orillarse y poder corresponder al cariño y a la ilusión de la ciudadanía que se emociona al ver a Santa.
“No cobro las fotos y lo que me quieran dar de propina, eso ya es de cada quien", refiere el ciudadano con un espíritu navideño elevado hasta el cielo.
Es así como Gregorio trata de ser una luz al final del túnel en casi dos años de pandemia que dice, “nos ha afectado a todos, pero echándole ganas hemos salido raspando".