Con los fundamentos adecuados, incluidos un liderazgo visionario, grandes recursos de capital, capital humano de alta calidad y una mano de obra disciplinada, "China está en vías de alcanzar sus objetivos a mediano y largo plazo", afirmó un académico estadounidense.
Aunque señala que "la economía china enfrenta vientos en contra", Khairy Tourk, profesor de economía de la Escuela de Negocios Stuart del Instituto de Tecnología de Illinois, distingue entre problemas cíclicos y estructurales.
Los problemas relacionados con el mercado inmobiliario, los valores de primer orden y las perturbaciones en los mercados de consumo e inversión causadas por el Covid-19 son problemas cíclicos y "relativamente fáciles de solucionar", declaró Tourk en entrevista reciente para Xinhua.
"El gobierno chino ha dado pasos positivos para encontrar soluciones a estos problemas cíclicos. Les tomará un poco de tiempo adaptarse, pero ya vemos buenas señales", dijo Tourk al referirse al crecimiento económico de China de 5.2 % y al crecimiento del consumo del 9 % en 2023.
"Se trata de un crecimiento muy sano. También vemos cifras récord de viajes en periodos vacacionales. Vemos más gente yendo al cine. Todos estos son signos alentadores", añadió.
Estructuralmente, la economía china está en la transición de un crecimiento de alta cantidad a un crecimiento de alta calidad, con nuevos motores de desarrollo en campos como la tecnología verde, los paneles solares y los vehículos eléctricos para lograr la neutralidad de carbono, dijo.
Tourk dividió la inversión extranjera en China en dos categorías: inversión extranjera a largo plazo e inversión extranjera a corto plazo (o de cartera motivada por consideraciones de corto plazo).
Como las tasas de interés son más altas en Estados Unidos que en China, es natural que estos inversionistas de cartera vengan a invertir a EE.UU. Tourk sostiene que la mayoría de las empresas extranjeras en China, incluidas las estadounidenses, se muestran optimistas en relación con la economía china y ahora piensan en cómo expandirse en el gran mercado chino.
La reducción del riesgo es un concepto que tiene más elementos geopolíticos que económicos, y se basa en suposiciones erróneas, indicó Tourk.
Desvincularse de China va a ser muy perturbador para la economía mundial, señaló Tourk. Tendría como consecuencia la producción de bienes a un costo muy elevado, lo que dispararía la inflación mundial. También sembrará la discordia en el orden mundial, lo cual creará tensiones innecesarias entre las naciones.
"Ningún país podría igualar a China en términos de eficiencia y producción a bajo costo. Ninguna empresa puede permitirse sobrevivir si no vende en China".
Tourk habla muy bien de la Iniciativa Global de Desarrollo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) y la Asociación Económica Integral Regional, todas las cuales han tomado forma en los últimos años.
Al elogiar la BRI como el proyecto de desarrollo más transformador del mundo en el siglo XXI, Tourk afirmó que la Iniciativa puede cambiar las actuales pautas políticas y económicas mundiales.
El orden mundial actual ignora los deseos de las naciones en desarrollo y, por lo tanto, es un fracaso, afirmó, y señaló que la BRI ha creado un sistema paralelo que "ayuda a la mayor parte de la humanidad a participar en el nuevo orden mundial como socios igualitarios".
A medida que más naciones participen en las nuevas cadenas de suministro, habrá más cooperación, más interacciones y más intercambios entre personas, aseveró, y expresó su esperanza de que, a medida que crezca la BRI, "habrá más espacio para la paz y la prosperidad en todas partes".