En todo el mundo, millones familias tratan de proporcionar a los pequeños los alimentos nutritivos y variados que necesitan para desarrollar plenamente sus capacidades. Las crecientes desigualdades, los conflictos y las crisis climáticas, combinados con el aumento de los precios de los alimentos y las malas prácticas de alimentación infantil están condenando a millones de niños y niñas a la pobreza alimentaria en sus primeros años de vida.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) define este concepto como la incapacidad de los infantes para obtener y consumir una alimentación nutritiva y variada en la primera infancia, que es especialmente dañina en la primera infancia, cuando esto puede causar los daños más graves para la supervivencia infantil, el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo.
La magnitud de este problema, la lentitud de los progresos de la última década y las repercusiones de esta pobreza en la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo infantiles exigen un cambio radical en el compromiso, las acciones y la rendición de cuentas. Para hacer frente a la desnutrición infantil, los gobiernos y sus aliados deben invertir en medidas destinadas a mejorar el acceso de los niños y las niñas a alimentos nutritivos y variados y a acabar con ella.
UNICEF, por medio de su sitio web, hace un llamamiento a los gobiernos nacionales, las organizaciones humanitarias y de desarrollo, los donantes, la sociedad civil, los medios de comunicación y las organizaciones académicas y de investigación para:
- Considerar la reducción de la pobreza alimentaria infantil como un requisito para alcanzar los objetivos nacionales y mundiales en materia de nutrición y desarrollo, y como indicador del éxito en el cumplimiento del derecho de la infancia a la alimentación y la nutrición; así como comprometer recursos para acabar con la pobreza alimentaria infantil.
- Transformar los sistemas alimentarios garantizando entornos en los que los alimentos nutritivos, diversos y saludables sean la opción más accesible, asequible y deseable para alimentar a los pequeños, y que la industria cumpla las políticas para proteger a la infancia.
- Aprovechar los sistemas sanitarios para prestar servicios esenciales de nutrición, en particular de asesoramiento y apoyo sobre alimentación infantil.
- Activar los sistemas de protección social para abordar la pobreza de ingresos de forma que respondan a las necesidades alimentarias y nutricionales de los niños y niñas más vulnerables y sus familias.
- Reforzar los sistemas de datos para evaluar la prevalencia y gravedad de la pobreza alimentaria infantil; detectar tempranamente el aumento de esta pobreza, en particular, en contextos frágiles y humanitarios; y hacer un seguimiento de los progresos nacionales y mundiales en la reducción de la pobreza alimentaria infantil grave.