El Día de las Madres es una fecha especial para las personas que pueden celebrar en vida a aquellas mujeres que brindaron de esta figura a otros, sin embargo, también hay jóvenes que esta fecha la encuentran nostálgica, pues recuerda la pérdida de ese vínculo, por lo que acompañar a las personas que se encuentren tristes es importante para el proceso del duelo.
Ismael Rosales Alanís, psicoterapeuta con maestría en Terapia Contextual y especializado en Tanatología, indica que el duelo es un proceso adaptativo que vivimos los seres humanos para acostumbrarnos a una nueva realidad, el cual tiene un principio y un final. Aunque la gente piensa que toda la vida va a sufrir por la pérdida del ser querido, la realidad es que esto solo complica es el proceso.
Indica que en el contexto latinoamericano, la madre es considerada una figura de gran peso, por lo que esta pérdida se puede sentir mayor, aunque esto también depende de la relación que se haya tenido con ella. “En muchas ocasiones, la relación con la mamá no siempre es buena, lo que hace que sea aún más difícil este proceso del duelo. Si fue una relación cercana, amorosa y tranquila, será más sencillo”, declara Rosales Alanís.
Recomendaciones para acompañar
Ismael indica que acompañar es un acto no invasivo, es decir, no busca presionar a las personas a superar la pérdida de la manera más rápida posible, algo que comúnmente se puede llegar a hacer por el contexto social en el que se vive. Por ello es necesario que, al hacer esto, dejemos que la persona exprese su dolor de la manera en la que lo necesite.
“No es aconsejable que le digas a una persona que no llore cuando expresa su pérdida, pues es necesario sacar la emoción para sanar, ni decirle cómo se debe sentir o qué debería hacer. Es estar dispuesto a escuchar, como si fuéramos un recipiente en donde la persona va a depositar su tristeza, su dolor, incluso su enojo, lo cual es normal”.
En ocasiones, también comenta que se llega expresar que ya no se quiere vivir cuando una persona amada muere. Aunque es un aspecto que señala se debe revisar en todos los casos, esos pensamientos, hasta cierto punto, llegan a ser normales, pues el dolor puede hacer que se hable de esa manera. Por ello es importante que no se le limite la expresión de su dolor, al igual que tratar de generar acciones para ayudar al otro a seguir adelante.
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“Cuando una mamá, especialmente, muere, es común que las personas se depriman, lo que imposibilita incluso el levantarse de la cama, así que apoyar en acciones que requiera la persona y que podamos ayudar, como el apoyo emocional, el brindarle una actividad con la que pueda despejar su mente, entre otras”.
Concluye haciendo hincapié en la importancia inculcar la cultura de la tanatología y hablar de la muerte, pues es un proceso natural de los seres vivos que en algún momento pasaremos, al igual que hablarlo con los niños, adolescentes y jóvenes de manera natural y directa, pues no hay manera de afrontar el duelo si no se pasa por el dolor.