El Body Shaming y cómo ayudar a los niños y jóvenes con este problema

Cuidar las palabras que se usan de manera cotidiana para referirse al físico de otra persona es de suma importancia para evitar que el menor crezca con problemas de autoestima.

El body shaming puede causar Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). (cortesía)
Karla Rodríguez
Torreón, Coahuila /

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son un problema de gran relevancia en México, pues solo en 2019 hubo registro de 22 mil casos anuales de trastornos alimenticios, principalmente en jóvenes de entre 13 y 18 años de edad. Destacan la anorexia nerviosa, la bulimia y comer compulsivamente, que afectan más a las mujeres que a los varones, en proporción de nueve a uno.

Sin embargo, todo tiene un inicio. Según Brandon de Jesús Centeno Alvarado, psicólogo, explica que el body shaming es una palabra acuñada del inglés para referirse a la acción de avergonzar a alguien por su cuerpo. Esto se da porque, según Brandon, las personas proyectan sus inseguridades a través del cuerpo del otro y a su vez busca dañar la autopercepción.

Para Centeno Alvarado,  hay condiciones sociales que el cuerpo refleja. Sin embargo, hay factores como enfermedades crónicas que pueden cambiarlo sin importar el estilo de vida que se lleve, por lo que tampoco el tipo de cuerpo que se tenga puede reflejar sanidad o enfermedad.

Para Brandon de Jesús, el mayor efecto que el body shaming puede tener en los niños y adolescentes es la manera en la que esta violencia afecta en su autoestima corporal y en su autoconcepto. “Normalmente vamos formando niñas y niños inseguros de sí mismos y piensan sobretodo que el amor va a depender de cuánto pesan y el cómo se ven”, menciona.

Para Centeno, esta es la manera más cruda en la que esta acción se extrapola, pues relacionan el amor recibido con su físico. Al recibir estos mensajes, la autoestima de los menores se ve más afectada. También las redes sociales juegan un papel importante en esta ecuación, ya que todo se ve a través de un filtro que muestra las aspiraciones corporales a las que “se deben llegar.”

Brandon de Jesús Centeno Alvarado, psicólogo. (cortesía)

Señala que incluso en las redes se dan más juicios a los cuerpos, ya que vienen las comparativas con las imperfecciones en la piel, estrías, celulitis, vello corporal, tono de piel, entre otras cosas, ya que el body shaming se extiende al juicio de cualquier parte o aspecto del cuerpo expuesta y esto en redes como Instagram, que es la más visual, se extiende a más audiencia.

Para prevenir o ayudar a reducir daños en los menores que han pasado por este tipo de violencia, lo primero que recomienda Brandon es el medir las palabras y reconocer las que pueden ser dañinas para los demás, especialmente para las infancias. El ser consciente de las acciones y palabras y los efectos que las mismas pueden tener en las niñas y niños es crucial para combatir el body shaming.

Comprender que los menores no tienen desarrolladas capacidades mentales como el discernimiento o de poder distinguir una agresión a un comentario menos violento es importante para que los adultos comprendan el peso de sus palabras y busquen cambiarlas o evitarlas para no dañar al menor.

Igualmente, la manera en la que el adulto expresa la disconformidad con los cuerpos de otras personas es algo que los menores pueden percibir, por lo que cuidar el lenguaje no solo es en específico con ellos, sino en lo cotidiano para generar en el menor mayor seguridad en sí mismo y la manera en la que su cuerpo va cambiando conforme al tiempo.

Considera Centeno que es necesario que se genere más conversación acerca de este tema, el cual abarca en muchas ocasiones a través de “Náufragos”, su podcast dedicado a la salud mental, ya que este tipo de violencia es una que se debe erradicar y el perpetuar este tipo de comentarios incentiva a que las personas no se cuiden. A palabras de él: “no cuidas lo que no amas”, así que invita a ver de manera amorosa las diferencias y buscar el cambio desde el amor, no el odio.

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