Evitar la discriminación es una necesidad en todos los ámbitos de la vida, pero especialmente en el salón de clases, pues en él se aprende a replicar conductas violentas de manera emocional que impiden que mejore la desigualdad social como el clasismo, el cual se puede replicar en las instituciones educativas.
El sociólogo y docente Jesús Eduardo García Valdez define en primer lugar la palabra clasismo como una práctica de segregación por ejercer los derechos de una persona por su condición de clase social o su pertenencia a cierto grupo social. Entonces, el clasismo escolar se define como esta discriminación dentro del aula por condiciones económicas o sociales.
Las consecuencias de vivir este tipo de segregación tiene dos vertientes: una es el clasismo individual, el cual solo se ejerce hacia un individuo, siendo las consecuencias más del tipo psicológicas: baja autoestima, problemas para la socialización, depresión, ansiedad, entre otras situaciones.
La segunda son las consecuencias que se vinculan a la discriminación que se dan de manera consciente o inconsciente de manera social por el clasismo, donde la segregación toca otras problemáticas como el racismo, la misoginia y de más situaciones que tienen mucho arraigo en la historia del país.
“Se vuelven una bola de nieve en dónde el clasismo se une con otras problemáticas que no tienen mucha relación directa con la cuestión social”, indica. Entre las recomendaciones que da García Valdez para ir reduciendo estas prácticas es que se dialogue sobre el tema, ya que para muchos el clasismo no existe al no ser mencionado individualmente ni socialmente.
Señala que a nivel mundial estamos dentro de uno de los países más desiguales, por lo que es de suma importancia hablar del tema, sus ejes y lo que se hace para combatirlo, al igual que verificar cómo han funcionado estas acciones.
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También concluye que las escuelas tienen responsabilidad en que estas acciones se reproduzcan dentro de sus aulas, por lo que la observación constante de su alumnado, docente y de manera interna como institución es necesaria para hacerse conscientes de las discriminaciones que se ejercen y poco a poco irlas desaprendiendo.
“En los dos años de cambio por la pandemia, se dejó ver bastante las desigualdades en las que vive la mayoría de la población como el acceso a internet o a aparatos electrónicos, que dejan ver el tema del clasismo y expone discriminaciones y problemas aún más grandes”.