Entusiasmados por la robótica

Construir robots, generar ideas, hacer amigos y convivir, son solo algunas de las ventajas que adquieren al formar parte del equipo Edu STEAM.

BlueBots celebrando el triunfo del subcampeonato. (cortesía)
Claudia Luévano
Torreón, Coahuila /

Alejandro tiene 11 años y desde corta edad comenzó su fascinación por la informática, así que al ver sus habilidades ingresó al equipo Edu STEAM, integrado por niños y jóvenes con y sin el Trastorno del Espectro Autista (TEA), espacio que hoy le permite disfrutar de la convivencia y aprender algo que le entusiasma.

En los primeros días de marzo, Alejandro junto con sus compañeros viajaron a la Ciudad de México para participar en la competencia First, “no me gusta viajar, pero por el equipo y la robótica yo puedo superar ese miedo”, y así fue, en marzo, nueve niños llegaron al nacional, luego de obtener el subcampeonato en la contienda regional, “estoy muy contento porque aunque solo llegamos al nacional, fue un gran logro para todos”.

Gerardo Alejandro González Adame, responsable de Edu STEAM proyecto de robótica para niños con y sin la condición de autismo, nos cuenta que son nueve chicos los que conforman el grupo, sin embargo otros 10 más también asisten a las clases.

BlueBots en eventos de robótica. (cortesía)

A partir de los 10 años pueden ingresar, “Edu STEAM ha sido muy gratificante y puede considerarse sencillo, lo único es que hay que adaptarse a cada uno, alguno de los pequeños comenzaron desde los seis años, ya que uno de los retos del proyecto, es que todos ellos aprenden desde el trabajo personal al colectivo”.

González Adame nos explica que la mejor combinación para el grupo, es el trabajo que se realiza con niños regulares y de niños con TEA, ya que muchas veces se trabaja por imitación. Recuerda que alguna vez fueron al cine y había pequeños que tenían tiempo sin asistir, la película contenía escenas con mucho ruido y todos quisieron ser parte de la experiencia a pesar de que era algo que les incomodaba, “se presenta un proceso de imitación, de querer realizar lo que hacen los demás”.

Experiencia

Luna quien desde hace seis años forma parte de Edu STEAM no tiene la condición, sin embargo, es una niña introvertida que ha encontrado en el equipo amigos con quien platicar sobre un tema de su agrado, y con quienes se divierte y aprende durante las clases.

A Luna le gusta estar en el equipo, “por lo general siempre la pasamos muy bien”, y gracias a la robótica ha aprendido a programar, además que le ayuda a comunicarse mejor con las personas, “antes no tenía amigos, y hoy no me da miedo hablar con las personas, me gusta estar con los demás y divertirme”.

El ingeniero Gerardo González dice que el secreto es que el trabajo no tiene que salir del cerebro, sino del corazón.

“El niño tiene que sentirse acogido, valorado, respetado, darse cuenta que sus ideas cuentan y son necesarias, en ese sentido, se sacará lo mejor de él o ella. No somos una terapia, somos una convivencia que por medio de la robótica busca trabajar la parte psicosocial del niño para obtener lo mejor de cada uno”.

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