Fechas como Día de Muertos son aquellas que hacen que los más pequeños de la casa se pregunten temas con respecto a la muerte. Si bien, puede ser difícil explicarles lo que eso significa, ya sea por el misticismo del hecho o por no saber cómo aterrizar el tema, lo importante es comunicarles de una manera entendible para ellos y siempre con la realidad de lo que se conoce.
Susana Dingler Gutiérrez, tanatóloga y colaboradora de en el área de pediatría oncológica en la Clínica 71, comenta que este tema es complicado, especialmente si, como en los casos que ve diariamente, son pequeños que se encuentran en espacios donde pueden ver el hecho fácilmente, pues se deben usar las palabras adecuadas para no lastimarlos.
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“Antes de compartir los pensamientos y sentimientos propios sobre la muerte, lo primero es escuchar lo que tengan que decir los niños, para de esa manera entender su perspectiva. No debes ser tú quien lo inicie, pues el niño tiene que demostrar esa curiosidad para poder iniciar la conversación de una manera más tranquila y con las dudas que ellos tengan”, señala.
Debido a su trabajo en la Clínica 71, se ha topado con muchos niños que ven el deceso de compañeros frecuentemente, por lo que esas ocasiones, en su caso personal, los pequeños se acercan para preguntarles sobre el hecho, por lo que ella responde con palabras sencillas, siempre contestando aquello que se puede explicar.
“Los pequeños perciben todo lo que ocurre en su alrededor, por eso es esencial que se hable directamente: murió, no más. Explicarle que es una transición que todas las personas vamos a pasar en algún momento, y como no me he muerto, no tengo una evidencia de lo que pasa después de pasar esto”.
También llevar a la conversación hacia lo que el pequeño cree que es la muerte puede hacer que la plática sea más amena y, a partir de la respuesta que dé, se pueden dar mejores explicaciones. Igualmente, es importante enseñarles a tener empatía y acompañar a las personas que vivan una situación de duelo, usando un lenguaje inclusivo para no marginar y respetando sus creencias.
“Acercarles el tema con algo que hayan pasado, como la muerte de una mascota, hace más fácil la explicación, pues a través de cuestionarle cómo se sintió él o sus padres ante esa situación, lo hace entender los sentimientos que se pueden tener sus seres queridos ante el fallecimiento de un familiar, incluso sus propias inquietudes ante un tema así”.
Concluye Dingler que en casos donde, al hablar de este tema, puedan sentir miedo ante la muerte, lo importante es darle la seguridad al pequeño de que se está en un espacio seguro y que siempre es necesario cuidar de la salud para crecer y desarrollarse de la mejor manera, al igual que apreciar siempre a las personas que ama.