La salud dental es esencial atenderse desde los primeros meses de vida, sin embargo, cuando los niños crecen y les toca visitar conscientemente al especialista, pueden surgir dudas y temores debido a los mitos que hay alrededor de ella, por eso es que es importante hablar con los pequeños sobre estas consultas y dejarlos disipar sus dudas con el especialista.
Susana Andrea Sotelo de Loera, cirujana dentista, comenta que, si bien los pequeños deben ir con el odontólogo desde bebés, cuando un pequeño puede ser consciente de la visita al consultorio puede llegar a ser retador, tanto para ellos como para sus padres, porque la ansiedad puede hacer que el pequeño tenga miedo a los aparatos que puedan usar en su boca, pero esto es solo mitos y la primera consulta no es más que para valoración.
“Lo que hacemos regularmente es una revisión y prevención de cualquier enfermedad que pueda haber en la boca: hablamos de caries, sarro, enfermedades microbacterianas, etcétera. En la primera cita se les hace más que nada una evaluación integral completa, se les toma estudios radiográficos en caso de necesitarlos y se platica con los papás principalemnte, pues ellos son los encargados de la salud bucal de su niño hasta los 8 o 9 años”, indica Sotelo de Loera.
Debido a esto, la consulta también se convierte en un momento de concientización hacia los progenitores sobre el cuidado de los menores y cómo ellos deben enseñarles la manera correcta de cepillarles los dientes, explicarles de manera básica temas como las caries para que los niños sean conscientes y procuren cuidarse su dentadura, tanto la temporal como la permanente.
Educación para la prevención
Menciona que en esa primera consulta les explica lo que puede pasar en caso de no atender un problema de salud, en caso de tenerlo, al igual que comentarles que no coman mucho dulce y si lo hacen limpien sus dientes, pues hay personas que tienen la creencia de que no se deben cuidar los dientes temporales.
“Muchos padres tienen el mito de que los dientes de leche, como comúnmente se les conoce, no se tienen que cuidar como los permanentes, pero esto es falso. Hay que concientizar que si están en boca por determinado tiempo tiene un motivo, y eso se les platica a padres y niños en el día de la consulta”. Indica que, si todo se encuentra bien, la siguiente visita sería dentro de seis meses para revisión, siendo lo recomendable para cuidarse de enfermedades en boca y detectarlas a tiempo.
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Lo importante al momento de hacer la primera valoración es que los padres hablen con los pequeños sobre la importancia de ir con el dentista, ya que si bien son conscientes de que ir con el doctor es esencial para cuidar la salud, los dentistas son aquellos que se encargan de cuidar su boca, parte del cuerpo muy importante.
Enseñarles que se expresen y que estén más libres en la consulta para que puedan externar sus dudas y el especialista pueda contestarle de una manera amistosa y empática, para que de esa manera no se pongan nerviosos. “Hay que normalizar las visitas al dentistas y concientizar de que la limpieza de la boca de los niños entran dentro de las responsabilidades como papás”.
Concluye enfatizando que el país necesita la cultura de cuidar los dientes y la boca, pues a este siempre se deja al último, ocasionando que se visite hasta que hay un problema serio en esta parte del cuerpo, lo que se traduce en un gasto económico, tiempo y procedimientos invasivos, especialmente en los niños pues esta área es delicada. Con visitas recurrentes de revisión es posible cuidarse y evitar que una enfermedad llegue hasta las últimas consecuencias.