La infancia es la etapa en la que los niños y niñas reciben los estímulos que los forjarán y guiarán a través de las distintas etapas de su vida. Lograr que aprendan a reconocer sus emociones y se comuniquen asertivamente es una labor que debe comenzar desde que están pequeños.
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Para lograrlo, es fundamental hacer a un lado cualquier estereotipo que perjudique el infantil y genuino descubrimiento del mundo que los rodea, y siendo guías que arropen su sentir, miedos y pensamientos. Entonces, ¿cómo formar niños y niñas emocionalmente fuertes e independientes?
“Siempre desde pequeños, desde épocas antiguas, hemos observado el estereotipo de lo que es un niño y una niña”, explica la licenciada Vanessa Macías, psicóloga clínica, acerca de los estereotipos que encasillan la manera de actuar y vestir de los hombres y mujeres, incluso a temprana edad.
“El niño que no puede llorar, que no puede expresar sus emociones, que tiene que ser fuerte y aguantarse todo, que la única forma en la que pueden expresarse es el enojo, porque el enojo es lo que es validado en la sociedad, el niño no puede llorar pero sí puede ir a pelearse y puede ser violento, porque eso la sociedad sí lo permite porque los hombres son así”, continúa.
Ni 'machos' ni doncellas en apuros
Esperar que los niños no lloren y que las niñas deban aguardar pacientemente a ser rescatadas por su príncipe azul los orientan a pensar que en el amor deben dar todo por la otra persona sacrificando incluso los propios deseos, y que mostrarse vulnerable es símbolo de debilidad, lo cual afecta el desarrollo y fortalecimiento de la salud emocional y su ser independiente.
Por lo que, la psicóloga presenta 4 puntos para brindarle habilidades de amor propio e independencia a los niños y niñas.
• Validar sus emociones y necesidades, no juzgarlas. Si lloran, gritan o se enojan, no obligarlos a reprimir aquello que están sintiendo, sino poder hablar con ellos y ofrecerles otras alternativas ante la situación pero sin hacerles creer que lo experimentan no es válido.
“Algo muy importante es que si los niños están más pequeños es ponernos a su estatura, ponernos a su nivel, y que nos puedan ver los ojos y se sientan un poco más comprendidos sobre esta necesidad que están sintiendo”.
• Presencia. Confirmarle a los niños y niñas que ellos valen y merecen tiempo, explica que si bien la mayoría de los padres y madres trabajan y tienen ocupaciones, es importante que busquen un momento en el cual puedan platicar con sus hijos para saber cómo se sienten, qué necesitan y escucharlos.
“Los niños ahora sí que piensan que si les damos poquito tiempo es porque ellos nos lo están demandando y no porque se les esté brindando, hacerles saber que es una presencia por elección”.
• Ser honestos con nuestras emociones de adultos. Para la psicóloga, un paso fundamental es primero ser honestos con nosotros mismos para, después, poder comunicárselo a los niños. De esa manera, aprenderán a saber comunicar sus propias emociones y pensamientos.
“No hacerlos sentir responsables de nuestras acciones, trabajar nosotros como padres nuestra autoregulacion antes de con nuestros niños”.
• Capacidad de crear un vínculo. El paso más importante es entablar una conexión entre padre e hijo para que ese vínculo permita que se sientan en confianza para platicar sobre sus inquietudes infantiles, sus deseos, miedos y pensamientos.
Además, Macías comenta que otro factor que influye en formar niños y niñas independientes comienza con un sencillo paso: darles ciertas responsabilidades en la casa. Acomodar sus juguetes, lavar los trastes, tender su cama, son acciones que pueden realizar para que, al ser adultos, no sean personas dependientes.
Para la psicóloga, una tendencia es encontrar padres y madres que tienen miedo que sus hijos se equivoquen, por lo que no les dan la oportunidad de ir aprendiendo por sí mismos a valerse solos. “Si desde chiquitos les enseñamos que ellos son capaces de hacer las cosas, dándoles retroalimentación, a lo mejor no lo hizo como nos gustaría pero con el tiempo irá aprendiendo”.
Al trabajar con los más pequeños la habilidad para reconocer su valía, fomentar en ellos la inteligencia emocional, el amor propio y la independencia, se forjarán adultos con resiliencia, críticos y capaces de identificar sus propias herramientas para afrontar los problemas que se les presenten.
“Reafirmar la importancia de crear niños independientes, de dar esta mirada y atención desde que son pequeños para que puedan formar una autoestima y un autoconocimiento”, finaliza.