Cuidar la salud bucal de los bebés y niños pequeños es esencial para que puedan desarrollarse íntegramente a nivel físico y emocional. Por ello, padres de familia y cuidadores primarios deben mantenerse alerta ante cualquier cambio en la apariencia de los dientes para detectar problemas prontamente.
Diana Paola Ramírez Villa, cirujana dentista egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), Unidad Torreón con un consultorio que cuenta con ortodoncia, endodoncia, periodoncia y odontología infantil, comenta que la caries ha cambiado mucho su definición conforme a los años y estudios científicos, dando, en términos sencillos, el concepto de que es la pérdida del mineral del diente causado por los carbohidratos que se mantienen en boca y se fermentan.
Señala que la carie es catalogada dependiendo de en la etapa en la que se encuentra, si es una lesión de caries inicial que apenas se ve o una lesión que ya tiene una cavidad. Además, también se considera el lugar en el que se encuentre, ya sea en un diente o en una muela.
En el caso de las infancias, destaca la carie temprana, que es de inicio precoz en niños, causada por hábitos alimenticios inapropiados. Es más notorio cuando los dientes temporales o de leche, principalmente los centrales superiores, se encuentran con pigmentación amarronada y cavidades grandes, y en casos graves, puede llevar a la pérdida casi total de la estructura.
"Este tipo de afecciones es causado por el biberón con leche y azúcar o chocolate, que se les da por las noches en tiempos prolongados", indica Ramírez Villa, por lo que es de suma importancia cuidar la alimentación de bebés y de niños pequeños.
¿Qué síntomas da y cómo se previene?
Aunque al principio las caries no dan un síntoma, señala que sí dan signos destacables, en los que se encuentra el cambio de color, siendo ésta una mancha en color más blanco o aperlado en comparación del color natural del diente, no la típica mancha café u oscura.
Otro de los síntomas más notorios comenta que también es que el menor presente un poco de sensibilidad cuando ya hay una destrucción secundaria del diente, y por último el dolor agudo y comúnmente nocturno, que es cuando acuden al consultorio dental, aunque este aspecto es cuando ya la afectación se encuentra avanzada.
Para los padres de familia o tutores a cargo de menores de edad es esencial que les ayuden al correcto cepillado de dientes, ya que los menores, mientras no sean capaces de abrocharse las agujetas, no es posible que puedan hacer un correcto lavado de dientes por sí solos.
También comenta que al primer cambio de coloración de dientes, es esencial que se acuda con un odontopediatra y no necesariamente cuando el niño manifestara dolor o sensibilidad. "Por esto es necesario estar al pendiente de la higiene del niño, ya que es fácil notar estos cambios". Igualmente, hace hincapié en cambios en los hábitos alimenticios y de higiene de los menores.
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¿Cómo elegir a un buen especialista?
Diana Paola señala que, pese a que los odontólogos se preparan también en la atención de menores de edad, es mejor llevar a los pequeños con un Odontopediatra, ya que este especialista realiza estudios de 2 a 3 años más en grado de maestría la Odontología Infantil.
"Es mucho mejor el manejo de conducta que puede tener este especialista y una capacidad más rápida para trabajar, para evitar el menor estrés en los niños. Suelen ser más amigables con ellos y tratan problemas más allá de solo caries, como problemas del desarrollo de crecimiento y mal formaciones esqueléticas, entre otras problemáticas", declara.
Para finalizar, recalca la importancia de que los padres vayan con este especialista desde bebés para que les enseñen a los padres la higiene bucal que debe tener el pequeño a pesar de estar lactando, pues aún así la cavidad bucal debe mantenerse limpia. Igualmente, indica que es importante atender a los niños pronto y no cuando los menores se encuentran en dolor constante.
"Actualmente el hecho de encontrar a un niño con estas situaciones tan avanzadas está siendo sometido a valoración legal para incluirlo como una manera de violencia infantil, ya que no debe ser permitido mantener a un niño a un dolor e infección constante, aunado a que no pueden desarrollar adecuada alimentación, pierden peso y actividades como ir a la escuela y su concentración, se ven afectados".