Cada etapa de desarrollo tiene diferentes fases y la rebeldía puede ser un proceso normal, María del Rosario Sotelo Torres con maestría de terapia familiar y de pareja, explica que hay diferentes momentos del desarrollo que una persona puede mostrar rebeldía, sin embargo, en la que se presenta mayormente es durante la adolescencia.
"Por ejemplo, los niños a los dos años aproximadamente empiezan a controlar sus esfínteres y a lo mejor en determinados lugares se niegan a hacerlo. A los tres años y medio el niño está aprendiendo a ganar autonomía, aprende a moverse solo, a cambiarse y decidir la ropa que quiere usar y esto se puede ver como rebeldía pero en realidad, es parte normal del desarrollo".
Menciona que donde mayormente se presenta la rebeldía como tal, es en la adolescencia, "el adolescente está en busca de su propia identidad, para él es una parte importante de su individualidad, ha crecido con la familia y estaba acostumbrado a que mamá y papá le digan qué hacer y como parte normal de su crecimiento y tener su propia identidad, el adolescente entra en la etapa de no aceptar las indicaciones de casa, pero es un proceso normal en la adolescencia".
Sotelo Torres explica que esto se puede complicar cuando ya se está saliendo de esa etapa y se lleva más allá. "Es normal que el adolescente esté en contra de algunas reglas o normas y quiere decidir, pero si el adolescente se niega a aceptar las normas en su escuela o en ciertas áreas en las que son necesarias, entonces se estará hablando de que es una rebeldía como tal".
Para la especialista en psicoterapia infantil esto sucede como una lucha de su identidad o individualidad, "se puede presentar agresividad, irresponsabilidad, falta de respeto, malos comportamientos, ahí podemos decir que ya no es una rebeldía normal".
Pero, ¿qué hacer como padres de familia? es muy importante establecer un equilibrio entre los límites y la rebeldía, "si nos ponemos demasiados flexibles y se empiezan a justificar malos comportamientos e irresponsabilidad se les deja que continúen con su rebeldía, lo ideal es establecer límites sin ser autoritario, sin violentar la integridad emocional o física del menor y responder con agresión".
Recalca que es importante mantener un equilibrio entre la flexibilidad y los límites. Algo muy importante es evitar la palabra castigo, eres malo, tonto u otra palabra que agreda a la persona llega a generar culpa o enojo.
"Es importante hacerles saber que cada acción tiene una reacción, entonces hay que cambiar la palabra castigo por consecuencia. En la consecuencia nos enfocamos en la conducta y no en la persona".
Otra recomendación es mantener la calma al momento de poner las reglas hay que mantenerse firme pero sin perder el control, sin lucha del poder. Así como también el retroalimentar de manera específica, clara y concreta.
Además dice, es necesario reforzar las conductas positivas, demostrarle lo mucho que se le ama y escuchar para ver qué hay detrás de la rebeldía. "La contingencia que estamos viviendo está generando en muchos de los casos rebeldía, porque recordemos que los adolescentes pasan por una crisis de identidad en donde las emociones de manera normal suben y bajan y para ellos a veces es más complicado. Por eso es importante poder entender las emociones por las que pasa y saber que algunas son normales y van a pasar".
Finalmente menciona que hay que elegir las batallas que vale la pena luchar, si ya se está en este periodo de rebeldía se estará en una guerra constante, "es importante identificar cuándo son cosas que se pueden manejar en casa, o cuando es muy necesario ir a un profesional, porque se pueden prevenir trastornos de conducta importantes, es decir cuando el niño o niña presenta un trastorno de déficit de atención o hiperactividad y además se le suman conductas de rebeldía".