José Luis Saturno, cineasta lagunero, es una inspiración para los jóvenes de la región, pues su último trabajo “La Melodía Torrencial”, ha sido galardonado en diversos festivales, como en el Fantasia International Film Festival de Montreal, ganando a Mejor Cortometraje Animado.
Saturno, quien estudió Animación Fílmica en Concordia University en la Facultad Mel Hoppenheim School of Cinema, comenta para Aula Milenio que su amor por el cine inició desde temprana edad, sin embargo, desde los 12 años había hecho algunos ejercicios de cinematografía animada, usando para ello una cámara de 8 milímetros.
“Desde muy temprano, desarrollé mis habilidades de dirección, guionismo, producción, incluso diseño de producción, por lo que he hecho eso en todos mis proyectos”, declara. Su interés por la animación inició a partir de que pudo ver “Gumby”, trabajo de Art Clokey, fascinándole cómo algo tangible podía generar un producto fantástico en pantalla.
Buscando hacer de algo cotidiano un acto extraordinario, es como inicia este gusto por la animación y las ganas de replicar esta misma sensación en cada uno de los proyectos, especialmente con la técnica stop-motion, pues se pueden tomar elementos simples para hacer personas y escenarios fuera de este mundo.
Siendo él el primer mexicano en ganar este premio, confiesa que fue inesperado, pues eran el cortometraje menos esperado de la noche. Sin embargo, solo bastó con la presentación del mismo para que los espectadores ovacionaran el proyecto, aplaudiendo al ritmo de la música de los créditos para saber que estaban compitiendo.
Cuando anuncian que “La Melodía Torrencial” fue ganadora del galardón, aunque hubo sentimientos de orgullo y felicidad, para José Luis este reconocimiento no era más que una manera de demostrarle a su equipo que los años, esfuerzo y tiempo dedicado a él valieron la pena.
“El premio en sí mismo no significó nada. La recompensa para mí siempre fue la posibilidad de haber formado un equipo creativo como ése y haber tenido el privilegio de haber sido director para ellos. Para cuando llegó el premio, ya habían pasado meses de festejo. Convivir día a día, ver el proyecto nacer, crecer y que llegara a la pantalla, ese fue el premio. Lo otro fue un documento que te entregan”, señala, dando todo el amor y reconocimiento a sus colaboradores.
Inspirar a las nuevas generaciones
Comenta que, naturalmente, La Laguna ha sido una constante en cada uno de sus proyectos, pues el desierto es un símbolo de resiliencia y fuerza, valores que busca transmitir en sus obras, al igual que aportando con su conocimiento a los artistas laguneros. Por ello, es que busca darse hacia la sociedad lagunera, brindando apoyo y contando su experiencia a los jóvenes cineastas.
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“El beneficio es para toda la región. Todos los que hemos tenido el privilegio de ir al extranjero a aprender algo y traerlo de regreso de alguna manera, ganamos, porque continuamos alimentando el talento regional, esperando aportar algo”.
Concluye con que la animación en México está en un panorama complejo: por un lado, la creatividad de los jóvenes que buscan dedicarse a esto abren un panorama alentador, sin embargo, al no tener un sistema fiscal que apoye la producción independiente hace que en términos económicos sea desalentador.
Por ello, es que propone un modelo híbrido, que ayude con financiamiento gubernamental y privado para que la animación y stop-motion mexicana sean una realidad. “Venir a charlar de este tema a una generación que en pocos años se va a graduar me parece fundamental, porque necesitan considerar emprender, pues ellos son esa posibilidad y futuro para la región”.