Los colores son parte del día a día de las personas, pues con ellos podemos comprender señales, aportar personalidad, incluso para decorar espacios. No obstante, en la primera infancia, la presencia de éstos en su cotidianidad es relevante para más aspectos, por lo que es importante darles el espacio de explorar el mundo a través de ellos.
Ana Karen Facio Esparza, psicóloga con maestría en Terapia Psicoanalítica, comenta que la presencia de los colores tiene un gran impacto desde que son bebés, pues alrededor de los 12 y 15 meses, el niño es capaz de distinguir los objetos dependiendo de su color dominante, lo que aproximadamente a los dos años, lleva al menor a nombrar el color, cosa que impacta directamente en el lenguaje.
Considera importante para los infantes que ellos vayan formando un mundo interno a través de sus descubrimientos en el mundo externo. "Al ver un objeto, su forma, color y función es como van dándole sentido a lo que están viendo, a lo que hay en su alrededor. El relacionar colores también les ayuda en su capacidad y fuerza para poder expresar lo que hay", declara.
También señala que los colores puede ser un gran apoyo para los menores al momento de buscar una manera de expresar sus emociones, las cuales a veces pueden ser complejas. Hay diversos libros que ayudan a darles ejemplos de cómo pueden comunicar aquello que sienten por medio de este método y así poco a poco identificarlos para una mejor inteligencia emocional.
¿Qué efectos tiene el no tener colores?
Considera que el color dentro de los entornos principales del infante es crucial para entender el espacio en el que se encuentra, por lo que la carencia del mismo puede afectar de diversas maneras. "Imagínate la dificultad de un niño de 12 meses para entender lo que pasa en su entorno. El hecho de que haya colores le va dando sentido a lo que está observando".
Unas de las posibilidades que consideran pueden pasar al no tener el estímulo de los colores es que se pueden tardar un poco en el lenguaje, posible dificultad para el desarrollo de pensamiento lógico, desarrollo de su mundo interno, entre otras cosas.
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Si bien, los colores son importantes para su desarrollo, también una sobreestimulación puede ser contraproducente, causando problemas de concentración, por lo que recomienda que los juguetes y colores de su habitación puedan contar con los primarios (rojo, azul, amarillo y verde), pero cuidando las cantidades y orden para evitar un impacto en su energía.
Actividades de estimulación como poner en cajas pelotas rojas, el uso de plastilinas seguras para los niños, que sientan la textura de elementos como arroz con colores también ayudará a que se desarrolle cognitivamente de mejor manera.
Agrega que la lectura es esencial para esta etapa también, por lo que como consejo adicional recomienda que se lea a los infantes, de modo que esta acción también los ayude a generar una buena imaginación y a cultivar este hábito que ayuda a que conozcan temas como las emociones de manera fácil y digerible.