El primer día de clases en cualquier nivel académico puede generar en los estudiantes diversas emociones, pero cuando se trata la primera ocasión en que un niño irá a preescolar, es de suma importancia prepararlos para que el proceso de separación, ya que para muchos será la primera vez que se separen de sus cuidadores.
Alexa Fernanda Deras Barrazo, quien es maestra de kínder en el Jardín de Niños Manuel M. Ponce de Torreón, Coahuila, comenta que, el hecho de que los niños puedan sentir angustia y miedo por el primer día de escuela se debe a que en muchas ocasiones no habían convivido fuera del seno familiar, cosa distinta a los niños que desde pequeños van a guarderías, quienes ya se acostumbraron a la convivencia con otros pequeños lejos de mamá de manera temporal.
Para los niños que van a una institución educativa por primera vez, sienten que no van a volver a ver a sus cuidadores, por lo que las reacciones de miedo y ansiedad son completamente normales. Sin embargo, es de suma importancia que haya por parte de los padres y/o tutores un acompañamiento para que el menor se acostumbre poco a poco a esta rutina.
Deras Barrazo recomienda que se les comience a hablar de la escuela antes del primer día de clases, para que vaya asimilando la idea poco a poco y el cambio no sea tan duro. Generar una rutina antes de ir a clases también es una buena manera de ir acostumbrando al pequeño a levantarse y dormirse temprano, y así no batallar cuando inicie clases.
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Igualmente, si existe la posibilidad de que el menor conozca la escuela a la que irá, puede ser de gran ayuda para familiarizarse con el lugar y comprender que solo es por un momento y porque la educación es necesaria para su vida, al igual que conocerá niños de su edad con los que podrá jugar y aprender.
Por último, Alexa Fernanda indica que los padres deben conocer la importancia del preescolar para el desarrollo del menor y que es un proceso de adaptación que viven los niños para ir a la escuela. “Hay muchos padres que ven que el niño tiene miedo y dejan de llevarlos. Pero cuando lo intentan de nuevo pasan el mismo proceso de angustia. Las primeras semanas son difíciles para los padres, maestros y niños, pero poco a poco se irá adaptando y dejará de llorar”.