Los problemas de la vista es uno de los problemas que se pueden percibir en los niños al momentos de iniciar su vida escolar, pues aprender cosas como leer o escribir les resulta muy difícil debido a complicaciones para ver, ya sea de cerca o de lejos, dependiendo del caso.
Por ello, es que los padres de familia y maestros deben ser muy observadores para detectar problemas visuales en los menores. Ariseya Margarita Lara Mora, optometrista y docente de la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL), señala que el proceso visual es complejo, iniciando su desarrollo dentro del vientre materno y continúa a lo largo de toda la vida.
Lo define como un desarrollo dinámico, enviando y recibiendo información de todo el cuerpo y el cerebro. Esto permite que los seres humanos nos ubiquemos en el espacio, mantengamos la postura y determinemos la distancia de los objetos mediante la visión tridimensional. Por ello es de suma importancia la visión en el ámbito educativo, la toma de decisiones y la comunicación con los demás.
Hay diversas condiciones que afectan este proceso y desarrollo visual. Uno de ellos son los errores reflactivos, conocidos como la miopía, hipermetropía y astigmatismo, además de existir también las desviaciones de uno o ambos ojos.
“Estos problemas pueden afectar al desarrollo académico del niño. Pueden aislarse, impactan negativamente en su autoestima, el desempeño en las habilidades deportivas y en general de la calidad de vida del niño”, declara. También indica que, entre más pequeño se le pueda detectar la condición que tenga, es más fácil de tratar.
Como para los menores puede ser difícil explicar aquello que percibe, existen ciertas señales que, tanto padres como maestros, pueden observar y que los ayuden a identificar cuando el menor tiene problemas visuales. Algunas de estas señales pueden ser:
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Dificultad para leer, escribir y copiar; el niño sigue la lectura con el dedo; se salta líneas al leer; invierte palabras y letras; cierra o se tapa un ojo para enfocar; enrojecimiento en los ojos; molestia por la luz; en muchas ocasiones no entiende lo que lee; Parpadea incesantemente; se cansa de leer y se distrae; no ve las letras del pizarrón y se recarga en los cuadernos o mesas para leer o escribir.
También es común que los menores se tallen los ojos constantemente, les duela la cabeza, inclinan su cabeza para ver a un objeto y su capacidad de atención y coordinación es baja, a tal punto que pueda serles difícil cortar con tijeras, atarse las agujetas, armar rompecabezas, entre otras actividades.
Lara Mora recomienda para padres y maestros que deben estar atentos a estas señales, al igual que llevar a exámenes de la vista a los menores de manera periódica, recomendado una vez al año. El menor pueda heredar el problema si alguno de los padres lo padece, por lo que es muy importante realizar el examen visual.