Debido a la importancia de generar acciones para evitar, detectar y erradicar la violencia de género, diversas instituciones educativas se unen a la causa, de modo que las alumnas y comunidades universitarias sean un ambiente de equidad y armonía. Un caso de ello es la Ibero Torreón, donde han implementado actividades para llevar el tema dentro y fuera de las aulas.
Daniela Martínez Lara, encargada del programa Derechos Humanos y Educación para la Paz, indica que la violencia de género es la que se ejerce contra las mujeres por el hecho de su género, que se puede dar de manera física, psicológica, sexual, incluso llegar a la muerte en casos extremos.
Desde su entrada al programa en 2018, señala que su primera tarea fue la búsqueda de protocolos en caso de violencia de género de otras instituciones para crear el de la propia casa de estudios, haciendo comisiones con autoridades de distintas áreas de la universidad y en 2019 se creó el Primer Protocolo para Prevenir, Atender y Erradicar los Casos de Violencia de Género.
“Éste crea el Comité de Atención a Casos de Violencia de Género. Ha sido el paso más grande que hemos hecho, pues tener una instancia que atienda los casos es clave para su prevención y erradicación y la detección de los casos que se dan de esta índole en la comunidad”, declara.
Dentro de este documento se tiene la responsabilidad de hacer talleres, conferencias, diplomados, entre otras cosas que ayuden a capacitar a alumnos, docentes y personal de la universidad en temas de género, impulsar la transversalidad, viendo la aplicación de estas capacitaciones dentro de las aulas y vida universitaria.
También gracias a este protocolo, informa Martínez Lara se han hecho vinculaciones con organizaciones o academias que estén trabajando con temas de género para seguir impulsándolo tanto dentro como fuera de la universidad.
Perspectiva universitaria
Con respecto a la respuesta de los estudiantes ante estos temas, señala que han sido opiniones variadas, sin embargo, conforme pasa el tiempo, ha percibido mayor aceptación y consciencia sobre el tema.
“Se veía más en las mujeres, pues al saber, sentir y experimentar diario estas violencias, es un poco más fácil que les interesaran estos temas. Pero, actualmente se ve mucho la diferencia. Este año con los eventos del 8M hubo mucha respuesta. Para ir a la marcha rentamos un camión e íbamos 45 mujeres y además nos encontramos con otras compañeras en Plaza Mayor”.
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En el caso de los hombres, también nota que hay menos resistencia, pues al principio había negativa al ver los temas aburridos o al creer que estas situaciones no pasaban. No obstante, señala que en la actualidad ve un poco más de apertura ante la problemática y se implican más.
“Este año hemos visto más participación de ellos en actividades como círculos de escucha o en pláticas de nuevas masculinidades, se replantean y reflexionan más sobre lo que les toca a ellos en el tema. Van cambiando y ya no van a la defensiva, porque antes lo sentían como un ataque, ayudando a la sensibilización”.
Concluye agregando que, pese a que es complicado en ocasiones porque el tema puede ser complejo, como en el caso de la transversalidad. Sin embargo, hay voluntad para hacer las cosas diferentes e indica que ha encontrado mucho apoyo por parte de la comunidad estudiantil.
“Es un proceso lento, pero va caminando. Tengo la esperanza de que van cambiando, falta mucho, pero va muy bien encaminando”.