Astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA) descubrieron un hecho que los sorprendió: en un área que se extiende desde África hasta Sudamérica, el campo magnético terrestre se está debilitando gradualmente, cuestión que provoca perturbaciones técnicas en los satélites que orbitan la Tierra.
A través de los datos que emite la constelación Swarm, de la ESA, los científicos intentan comprender mejor esta área, a la que han bautizado como Anomalía del Atlántico Sur.
- Te recomendamos La NASA busca personas para permanecer confinadas en nave espacial Ciencia y Salud
El campo magnético terrestre nos protege de la radiación cósmica y las partículas cargadas procedentes del Sol. En gran parte es generado por el núcleo exterior de la Tierra, a unos 3 mil kilómetros bajo nuestros pies, que crea corrientes eléctricas que, a su vez, generan nuestro campo magnético en constante cambio.
Este campo está lejos de ser estático y varían tanto su fuerza como su dirección. Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que la posición del polo norte magnético está cambiando a gran velocidad.
Pero en los últimos doscientos años, el campo magnético ha perdido, de media global, alrededor del 9 por ciento de su fuerza. Entre África y Sudamérica se ha formado una extensa región de menor intensidad magnética, lo que se conoce como la Anomalía del Atlántico Sur.
Entre 1970 y 2020, la intensidad mínima del campo en esta zona descendió de alrededor de 24 mil a 22 mil nanoteslas (unidad de inducción magnética del Sistema Internacional de Unidades), al tiempo que el área de la anomalía ha aumentado y se ha desplazado hacia el oeste a un ritmo de unos 20 km al año. Además, en los últimos cinco años ha surgido un segundo centro de intensidad mínima al suroeste de África, lo que sugiere que la Anomalía del Atlántico Sur podría estar dividiéndose en dos.
Este crecimiento indica que los procesos involucrados en la generación del campo son mucho más complejos. Los modelos dipolares son incapaces de explicar la reciente evolución del segundo mínimo.
Los científicos del Grupo de Datos, Innovación y Ciencia Swarm (DISC) intentan entender mejor esta anomalía gracias a los satélites Swarm, que están diseñados para identificar y medir con precisión las distintas señales magnéticas que conforman el campo magnético de la Tierra.
“El nuevo mínimo oriental de la Anomalía del Atlántico Sur lleva una década formándose, aunque en los últimos años se ha acelerado su desarrollo. Tenemos mucha suerte de contar con los satélites Swarm para investigar la evolución de esta anomalía. El reto ahora es entender los procesos en el núcleo terrestre que provocan estos cambios”, señaló Jürgen Matzka, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ).
Se ha especulado sobre si el actual debilitamiento del campo es un signo de que la Tierra se acerca a una inminente inversión de los polos norte y sur, que se intercambiarían. Este fenómeno se ha producido muchas veces a lo largo de la historia de nuestro planeta y, aunque sería hora de que sucediera teniendo en cuenta la frecuencia media a la que tiene lugar esta inversión (cada 250 mil años aproximadamente), el descenso en la intensidad que se está produciendo en estos momentos en el Atlántico Sur entra dentro de lo que se consideran niveles de fluctuación normales.
A nivel superficial, la Anomalía no es motivo de alarma. Sin embargo, es más probable que los satélites y otras naves que sobrevuelen la zona experimenten fallos técnicos, dada la mayor debilidad del campo magnético en esa región, lo que permite que las partículas cargadas penetren hasta las altitudes de los satélites en órbita baja terrestre.
yhc