Después de 15 meses de clases en línea, el colegio Hanneman School regresó en la modalidad híbrida, es decir, con unos cuantos alumnos en clase y otros más a distancia.
Martha Laura Carrillo, directora de este instituto educativo, confirmó que en su primer día de actividades acudieron 150 estudiantes, de los 900 que conforman su planilla total, pues tras un año de ensayos, la Secretaría de Salud dictaminó que la institución cuenta con todas las medidas necesarias para operar.
"Esto ya no es una nueva modalidad, es una nueva normalidad. La gente que estamos en educación tenemos que reeducarnos por todo esto que hemos estado viviendo.
"Quince meses nos han servido para el ensayo y error, en protocolos, investigaciones, poder estar trabajando con personas de otros países, estar comunicados y decir que funciona".
La directora, quien tiene 40 años de experiencia trabajando en planteles privados, dijo que para ella la reapertura del plantel representa una fiesta.
"El común denominador es que los niños quieren venir a la escuela, que los niños están afectados psicológicamente.
"Nos tardamos mucho en abrir las escuelas (...). Para mí hoy es un día de fiesta, mi escuela se abrió después de un año de lucha, presentando protocolos, cartas, solicitudes", señaló.
Carrillo señaló que revisaron toda la parte teórica que dictan los protocolos y que el viernes pasado en esa revisión especial fueron acreditados al cien por ciento para que los maestros y personal administrativo pudieran regresar a las aulas.
"Nos auditaron otra vez el viernes, una auditoría de la Secretaría de Educación, que viene de la Secretaría de Salud. Un inspector especializado en escuelas covid, escuelas y reapertura y salimos limpios, al 100 por ciento, entonces ahí nos dicen: 'maestra, está lista para abrir su escuela'", mencionó la directora del Hanneman School.
Al llegar a las instalaciones, tanto estudiantes como personal docente y administrativo deben pasar por un filtro en el que toman la temperatura, aplican gel antibacterial y desinfectan la suela de los zapatos.
Padres y niños felices
La directora y los maestros del Hanneman School no son los únicos contentos, pues los padres de familia reconocieron que ya era necesario que sus niños estuvieran en clases presenciales, pues tiene un impacto directo en lo psicológico y en el estado de ánimo.
"El regreso a clases yo lo veo favorable para los niños, principalmente por su estado de ánimo, muchos estaban decayendo, tristes. Ya no querían conectarse (a clases).
"Con esto a ellos les das un aliento para que sepan que van a regresar y esperemos que todo vaya marchando bien", comentó Perla Magaly Elizondo, madre de familia de dos niñas que estudian primero y segundo grado en el citado colegio.
De igual forma, otras mamás que acudieron a la hora de salida por sus hijos coincidieron en que es una buena medida.
"Ya era hora, los niños están desesperados de tanto encierro, les hace falta salir y convivir. Y a estar en las aulas (...).
"Mi niña estaba muy triste por estar encerrada, pero ahorita está muy feliz por el regreso, aunque en su grupo solo iban a estar tres niños", relató Valeria Garza, madre de familia de dos niños, una de tercer grado y un niño de maternal, que por el momento no ha regresado a la institución.
Aunque en el plantel se toman medidas de salud y los niños están comprometidos con ellas, los padres reconocen que les hacía falta la interacción con otras personas, cosa que no lograban desde marzo del año pasado, cuando se suspendieron las clases.
"La verdad estamos muy contentos después de este año y medio que los niños estuvieron fuera, es algo que necesitaban los niños, regresar a sus actividades normales, poder interactuar con más personas", dijo otra de las madres, identificada como Esther Lara.
En entrevista para AW1280, con Víctor Martínez, la directora Hanneman School, Martha Laura Carrillo, señaló que las áreas comunes, como cafetería y área de juegos no se están usando.
Agregó que sólo están operando al 20 por ciento de su capacidad, a fin de garantizar las medidas de salud para los niños.
"Ellos ya no sabían lo que era la realidad y la fantasía, tantas noticias enfocadas hacia el temor y la pérdida de vidas que los niños pensaban que su mundo ya se estaba acabando.
"Acondicionamos todo en el colegio, nos certificamos, mínimo un día que el niño venga a su colegio y este ciclo escolar se vaya con matices grises y negros, su vida es de colores y así debe ver", dijo la directora del colegio ubicado sobre la calle San Francisco 105, en el centro de Apodaca.