¡Buenas noticias! La capa de ozono está casi recuperada

Los agujeros se están cerrando y, hacia 2040, se habrán resarcido en la mayor parte del mundo, con excepción del Ártico y de la región antártica, revela estudio de la ONU.

(Ilustración: Mauricio Ledezma)
Ciudad de México, México /

Los optimistas de la acción sobre el cambio climático recibieron muy buenas noticias: el informe de avance sobre el esfuerzo por la restauración de la capa de ozono, que elabora cada cuatro años la Organización Meteorológica Mundial –una agencia de las Naciones Unidas–, indica que lo que en los años 80 era la amenaza ambiental más temida en el planeta está a punto de ser eliminada.

“Las acciones tomadas bajo el Protocolo de Montreal continuaron disminuyendo la abundancia atmosférica de sustancias que agotan la capa de ozono”, señala el documento.
(Ilustración: Eduardo Luis Hernández)

La aparición de agujeros en la capa de ozono sobre las zonas polares, abiertos porque el uso masivo de los químicos industriales conocidos como clorofluorocarbonos (CFC) la estaba destruyendo, expuso a la población de inmensos territorios a cantidades excesivas de rayos ultravioleta, lo que provoca quemaduras y cáncer de piel. Y amenazaba con impactar en todo el globo.

Hacia 2040, señala el reporte “Evaluación científica del agotamiento del ozono 2022”, la capa de ozono se habrá recuperado completamente en la mayor parte del mundo, con excepción del Ártico, que tardará cinco años más, y de la región antártica, que demorará hasta 2066.

Este es el objetivo del Acuerdo de Montreal de 1989, por el que las naciones se comprometieron a eliminar el uso de CFC, con lo que se convertirá en “el tratado ambiental más exitoso en la historia y nos da aliento (porque) los países del mundo se pueden unir y decidir un resultado y actuar para lograrlo”, declaró en la presentación del reporte, el 9 de enero, David Feahey, uno de sus autores y científico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

Acuerdo de Monreal 1989

El trabajo de Mario Molina

En los 80, los primeros en sentir el grave impacto en la salud de los rayos UV fueron los habitantes de los países más meridionales, Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, que descubrieron que en ciertas épocas resultaba demasiado peligroso salir de casa y exponerse a la radiación solar

El área afectada se estaba extendiendo en el sur y además amenazaba con llegar desde un segundo frente, por la aparición de otro agujero en el hemisferio norte.

El único Premio Nobel mexicano en un área científica, Mario Molina, lo recibió en 1995 junto a su compañero Sherwood Rowland por sus investigaciones sobre la relación entre el agujero de ozono y los compuestos de cloro y de bromuro en la estratosfera, que terminaron por derribar las objeciones de los negacionistas.

El trabajo de Molina y Rowland, desarrollado en la Universidad de California en Irvine, fue fundamental para construir el Protocolo de Montreal, que fue aprobado en esa cumbre mundial de 1989, y que definió la ruta para la eliminación total de los CFC, que se usaban extensamente en aerosoles, refrigeración y como solventes.

(Ilustración: Eduardo Luis Hernández)

No han faltado obstáculos. En 2018, por ejemplo, fue detectado un inesperado incremento en el uso de CFC, que eventualmente fue ubicado en China y corregido.

También se comprobó que los químicos que reemplazaron a los CFC, los hidrofluorocarbonos, son gases de efecto invernadero y se requirió un acuerdo independiente para eliminarlos, el de Kigali de 2016.

(Ilustración: Eduardo Luis Hernández)

Se puede y se debe hacer

Los CFC también tienen un efecto invernadero. Aunque esto no era parte del debate en 1989, al paso de las décadas se hizo evidente el beneficio adicional de eliminarlos. El informe indica que, si el uso de CFC hubiera seguido creciendo, sólo esos componentes hubieran causado una elevación de la temperatura global de un grado centígrado hacia mediados de este siglo.

A pesar del éxito de la acción contra los CFC, estos se mantendrán en la atmósfera por alrededor de un siglo. El dióxido de carbono, que es el gas de efecto invernadero que produce el mayor aumento de la temperatura, permanece por más tiempo. 

Además, si los CFC eran producidos por unas cuantas compañías, lo que facilitó su control y eliminación, el CO2 proviene de usos mucho más extendidos en casi todas las actividades humanas. “Hacer que cada persona en el planeta deje de quemar combustibles fósiles es un reto muy diferente”, declaró Feahey.

“La acción sobre el ozono establece un precedente para la acción sobre el clima”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial. “El éxito que hemos tenido en eliminar los químicos destructores del ozono nos muestra lo que puede y los que debe hacerse, de manera urgente, para abandonar los combustibles fósiles, reducir los gases de efecto invernadero y así limitar el incremento de la temperatura”.
(Ilustración: Eduardo Luis Hernández)



aag

  • Témoris Grecko
  • Periodista, documentalista y analista político que ha cubierto conflictos sociales y armados en 95 países y territorios, publicado siete libros y escrito cinco documentales.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.