El límite de saturación máxima hospitalización superó el dos por ciento al pasar de 18 mil 223 camas ocupadas en el primer brote, a un total de 18 mil 603 personas internadas, incluyendo las críticas, durante la actual segunda ola de contagios por covid a nivel nacional, y el pico máximo se alcanzará el 10 de enero, de acuerdo con Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece).
En la actualidad, explicó, la Ciudad de México se encuentra en una “situación grave”: hasta el 27 diciembre, 87 por ciento de las camas generales y 86 por ciento de las críticas y que requieren ventilación, se encuentran ocupadas. “Sí, hay hospitales saturados”.
La Ciudad de México tiene más de 2 mil camas dirigidas a pacientes críticos y casi llegamos a mi casi llegamos a casi 9 mil para los pacientes que requieren camas generales. “Esto implica un 13 y 14 ciento de disponibilidad (camas generales y críticas, respectivamente) alrededor 300 o 400 camas, tampoco es una cosa de que se llenen en un día.
“Sí, es una situación crítica en el sentido de que contamos con un 13 y 14 por ciento de disponibilidad, pero como lo comenté, en la Ciudad de México, día día se va incrementando (el número de camas) y hoy se reportó una mayor expansión hospitalaria, el ISSSTE abrió el hospital de Tláhuac con 30 camas y rápidamente se expandió a 120 camas.
“En el Instituto Mexicano del Seguro Social también ha tenido un incremento importante en el Autódromo Hermano Rodríguez; Pemex también está haciendo una readecuación para incrementar su capacidad, que es poca. También se mantiene el convenio con los hospitales privados para no ocupar las camas con partos, cesáreas, y tener más camas”.
En el Estado de México también sólo hay un 20 por ciento de disponibilidad de camas generales y un 25 por ciento de camas graves; en tanto que en Baja California, Hidalgo y Guanajuato la disponibilidad es del 27 por ciento generales y poco más del 37 por ciento de camas críticas.
El funcionario federal rechazó la estimación del nuevo estudio de la Universidad de Stanford y el CIDE de México que establece que el área metropolitana necesita aumentar 50 por ciento las camas hospitalarias, es decir, tener más de 10 mil adicionales.
“Estimamos que el pico máximo se alcanzará el 10 de enero. Nosotros estamos esperando tener este incremento hasta el 10 de enero si todo funciona y se mantienen las predicciones de control de la movilidad”, aclaró.
López Ridaura aseveró que la red hospitalaria está movilizando pacientes de un lado a otro; el llamado al 911 y a Locatel contribuye que en el C5, donde se encuentra el comando regulador y de urgencias médicas, con guardias de 24 horas, movilice ambulancias de acuerdo con la gravedad de la situación.
“Hay pacientes que llegan a los hospitales y están saturados. Lo que se promueve es que se estabilicen a los pacientes que llegan en una condición de gravedad y se promueva la regulación entre unidades hospitalarias.
“De las más de 400 llamadas que se reciben en el C5, lo que implica alrededor de 70 u 80 traslados... normalmente tenemos tiempos de retención por debajo de una hora de espera desde que llega la ambulancia y se admite al paciente, independientemente si es derechohabiente.
“¿Cuántas defunciones se dan en el traslado? Realmente son pocas. Defunciones en casa, si están sucediendo por eso también es un llamado a la población para que tome en cuenta el inicio de síntomas, que es clave y si se trata de una persona de alto riesgo. Se tiene que hacer un evaluación médica, donde se mida tu saturación de oxígeno, frecuencia cardiaca, fiebre y dependiendo de eso tratar de lograr una atención más oportuna y evitar una desenlace fatal”, aclaró.
bgpa