Cirugía estética, el encierro dispara las intervenciones

Edición Fin de Semana

Si bien la contingencia sanitaria provocó un rezago en la atención médica en México, muchas personas decidieron aprovechar el confinamiento para mejorar su aspecto y someterse a operaciones reconstructivas.

Cirugía estética, el encierro dispara las intervenciones. (Especial)
Laura Cortés
Ciudad de México /

En julio del año pasado, a unos meses de haber iniciado en México la pandemia por covid-19, Gabriel, un reconocido psiquiatra de 46 años, se sometió a una lipoescultura, intervención quirúrgica que consiste en extraer el exceso de grasa corporal para conseguir una figura más delgada y definida.

Aunque la cirugía estaba dentro de sus planes desde hace algún tiempo, Gabriel la había postergado porque la sobrecarga de trabajo y de compromisos le impedían tener el reposo y los cuidados recomendados para la recuperación.

Con la pandemia llegaron el confinamiento, la comunicación a través de plataformas digitales y la oportunidad de mejorar su aspecto físico. A los tres días de realizarse la lipoescultura reanudó sus consultas por videoconferencia desde su casa. Sus pacientes sólo vieron su rostro. No notaron las zonas inflamadas de su cuerpo y menos la faja que usó durante unas semanas para acomodar los tejidos.

El psiquiatra es solo uno de los muchos mexicanos que, según datos de los mismos especialistas, han aprovechado el distanciamiento social impuesto por la contingencia para cambiar su apariencia mediante algún procedimiento estético.

El cirujano plástico, estético y reconstructivo Andrés Bello Margalef es uno de los que ha visto incrementar el número de pacientes en los últimos meses. En marzo del año pasado, cerró temporalmente su consultorio localizado en la Torre Palmas, en Ciudad de México. “Suspendí las consultas por instrucciones de las autoridades y porque al inicio de la pandemia no existía ningún protocolo de seguridad sanitaria en nuestro ámbito. En junio reanudé mis actividades apegándome rigurosamente a un protocolo internacional”, dice en entrevista. 

Con la reapertura económica, la cantidad de procedimientos quirúrgicos que realiza aumentó considerablemente, lo cual no le sorprende, para él son claras las razones de tal crecimiento. Una de ellas, dice, es que debido al auge de las plataformas digitales la gente se preocupa más por su apariencia física.

“Las personas son cien por ciento conscientes de cómo se ven cuando hablan, cuando se ríen; notan lo que consideran defectos, algo que no pasaba cuando se reunían con alguien en vivo. A muchos no les gusta su apariencia frente a la pantalla. A eso hay que añadirle que la pandemia ha generado mucha depresión y cuando alguien está deprimido no le gusta su aspecto, por eso optan por las cirugías plásticas”.

Según las estadísticas de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, la lipoescultura es el procedimiento estético más realizado en el mundo; Andrés Bello confirma que es también la operación más solicitada en tiempos de coronavirus.

Las estaciones de otoño e invierno, explica, son ideales para las lipoesculturas. Estos climas facilitan los cuidados postoperatorios. “Antes de la pandemia, los pacientes ponían en la balanza: me voy de viaje o me opero. Ahora que muchos no están saliendo de viaje decidieron operarse”.

La falta de actividad física durante el confinamiento es, de acuerdo con su experiencia, otra de las causas porque cada vez más personas acuden a él. “Quienes antes hacían mucho ejercicio se han vuelto sedentarios e incluso han modificado sus hábitos alimenticios, eso lógicamente ocasiona cambios en su cuerpo. Para conservar su figura, mientras retoman el ejercicio, se someten a una cirugía”.

Bárbara acaba de cumplir 30 años y es instructora de un gimnasio que cerró en marzo pasado, en el Estado de México. En junio, la entrenadora decidió colocarse implantes para aumentar los senos. Anteriormente, el cirujano le había explicado que si se efectuaba la mamoplastia tendría que suspender el ejercicio aproximadamente tres meses. Con la contingencia, el tiempo de recuperación no representó ningún problema. Así es que aprovechó para obtener el aspecto físico que deseaba. 

Hombres, clientes frecuentes

En 2017, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, dos de cada 10 pacientes operados en el país procedían del extranjero. En ciudades como Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Mérida el llamado turismo médico en el campo estético seguía en constante aumento; sin embargo, el surgimiento del covid-19 revirtió esa tendencia en 2020. La ausencia de extranjeros se ha compensado con creces debido a la demanda de pacientes nacionales, sobre todo hombres.

En opinión del cirujano Marco Antonio Buendía, especialista en escultura corporal, desde hace un par de años, la mentalidad en el sector masculino ya era más abierta en cuanto a las intervenciones quirúrgicas con fines estéticos; sin embargo, durante la pandemia el número de hombres que acuden a su consultorio, localizado en Polanco, en Ciudad de México, se ha incrementado por lo menos 30 por ciento. El también miembro de la Academia Americana Antienvejecimiento coincide en que uno de los factores de mayor peso es la intensa exposición en videoconferencias, videollamadas e incluso en redes sociales.

El procedimiento quirúrgico más solicitado por ellos es la lipoescultura, lo mismo en el caso de las mujeres. A esta operación le siguen, en demanda, los implantes mamarios en mujeres y en ambos casos los procedimientos faciales no quirúrgicos como la aplicación de botox y de ácido hialurónico.


En los últimos meses, Regina, agente inmobiliario de 27 años, ha acudido con un cirujano para realizarse tres intervenciones estéticas. Primero fue una rinoplastia para perfilar su nariz, en una sesión posterior el médico resaltó sus pómulos e inyectó ácido hialurónico para aumentar el volumen de los labios. Ella dice que antes de la pandemia no hubiera tenido el tiempo para perfeccionar su imagen.

Marco Antonio Buendía comentó que cuando fue claro que la pandemia se prolongaría más de lo esperado, sus pacientes recurrentes retomaron los tratamientos estéticos y surgieron nuevos pacientes decididos a hacerse la transformación que siempre habían soñado.

En comparación con 2019, afirma, la cantidad de cirugías faciales y corporales que realiza se ha duplicado, entre otras razones porque el confinamiento permite mejores condiciones para la recuperación postoperatoria.

​amt

LAS MÁS VISTAS