El miércoles concluyó el estudio de la Consejería Jurídica, la Secretaría Finanzas y de Salud que se elaboró en torno a la situación que impera en la entidad por la entrada en operación del Instituto para la Salud y el Bienestar (INSABI), el cual será analizado por el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís para decidir si Coahuila firma o no el convenio con el gobierno federal.
En entrevista, el Mandatario advirtió “si no se cubre económicamente al 100 por ciento nuestro sistema de salud no estaríamos dispuestos a entregarlo a la federación, si no se justifica claramente la entrega de nuestro sistema de salud al federal no lo haremos, prefiero seguir perdiendo, pero atendiendo a nuestra gente de manera directa”.
Dijo que aún no ha visto los resultados de dicho estudio, pero el jueves se programó una reunión con su equipo de trabajo para conocer las ventajas y desventajas de firmar o no el convenio, aunque anticipó que agotará el plazo al 31 de enero para poder tomar una decisión adecuada.
Riquelme Solís dijo que aprovechará la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador para manifestarle las inquietudes al respecto. “Probablemente platique con el presidente de la situación en específico de Coahuila, no es un tema que se analice tampoco de manera superficial, se revisa de acuerdo a los activos que tiene Coahuila”, expresó.
Añadió, “todo el análisis de sueldos, retenciones, impuesto sobre la renta, todo ello se está analizando ahorita qué es lo conveniente para la entidad, y dentro de ello, se firma o no el convenio, ya veremos las consecuencias favorables o en su defecto si no firma Coahuila a qué nos atenemos dentro de las consecuencias económicas que esto significa”.
Tras cuestionarle si el estado tiene capacidad económica para asumir la responsabilidad fuera del convenio federal respondió que, “salud y educación son los rubros en los cuales el estado tiene un déficit anual, sin lugar a dudas los temas son preocupantes y hemos tratado de salir adelante con recursos propios”.
El gobernador expuso que se ha puesto sobre la balanza la problemática que pudiera enfrentar el estado al trasladas la infraestructura al Sistema Nacional de Salud, en donde los ciudadanos siguen viendo como responsable a la autoridad local.
Y es que aseguró que la responsabilidad no termina en cubrir el personal y los insumos, sino que se presentan incidencias diarias que anteriormente se amortiguaban con el recurso que ingresaba por el Seguro Popular y cuya carga era más ligera, sin embargo, con el cambio ésta podría ser insostenible, sobre todo en el Tercer Nivel.
“Todo lo que anteriormente cubría el Seguro Popular, se cubrían las cosas, pero hoy el Sistema de Salud en Coahuila, se vería deteriorado si no tomamos una buena decisión y lo vamos a hacer en buena lid, no le hace que el estado siga aportando siempre y cuando se justifique claramente”, expresó Riquelme Solís.