Ante el éxito que ha tenido la miniserie “Mi Otra Yo”, en la plataforma de streaming Netflix, se ha puesto muy de moda hablar sobre las llamadas constelaciones familiares; pero qué son y quién está preparado para poder brindar este tipo de acompañamiento.
En Toluca, la psicóloga Constanza Frettlör ofrece este tipo de técnica, ya sea de manera individual o en grupo, guiándose por su formación y abriendo la mirada hacia los orígenes de muchos sentimientos o emociones.
A diferencia de otro tipo de terapias, añadió, las constelaciones familiares ofrecen a las y los pacientes un proceso de conciencia más rápido, con algunos resultados visibles incluso desde la primera sesión.
En México, son pocos los especialistas que ofrecen este servicio, por lo que recomendó verificar con quién se acude; pues no es un tema que tenga que ver con astrología, adivinación o magia.
¿Qué son las constelaciones familiares?
Ante esta pregunta, la psicóloga explicó que es una técnica creada como intervención diagnóstica y psicoterapéutica por el alemán Bert Hellinger, psicoterapeuta familiar sistémico, al traer las dinámicas ocultas dentro de los sistemas familiares y sociales. Esta herramienta, puntualizó, ayuda a encontrar la solución a las heridas que se han sufrido a lo largo de la vida, devolviéndole a las personas su capacidad de autorrealización, su bienestar y libertad de vivir su propio destino.
Refirió que se ha encontrado que hasta 70 por ciento de los problemas psicológicos vienen de la historia y relación familiar y las constelaciones familiares permiten sacar a la luz estos temas, visibilizando las dinámicas que causan sufrimiento y, si se dan las circunstancias apropiadas, las corrige.
“Hay muchos psicólogos que son muy ortodoxos y muy cerrados o gente que piensa que es mágico, no se explican porque hay un desconocimiento, por un lado. Por supuesto que da resultados, tienen que vivirlo para darse cuenta. Hay mucha gente que dice que no es científico; pero tiene todo un fundamento”.
Señaló que este tipo de técnica tiene su origen en la terapia transgeneracional, cuyo objetivo se centra en liberar y trabajar las creencias y valores que un individuo ha heredado, para eliminar esos bloqueos y poder conseguir o acercarse a su meta.
Sistemas familiares
“Han sido como un revuelo, porque son rápidas, eficaces, efectivas y veloces, no es un tratamiento como el psicoanálisis, que es también muy padre; pero que es lentísimo, aquí no, aquí es rápido, algo breve; pero resuelves un problema y las cosas se van como acomodando y fluyendo”.
Esta herramienta o enfoque tiene su origen en Alemania, y su traducción sería “colocar o acomodar familias”, también se conocen como configuraciones sistémicas, ya cada familia representa un sistema de organización o de pensamiento, creencias e incluso emociones.
“Todos tenemos un sistema familiar, solo conocemos un poco de la abuela, del abuelo, si tuvimos la fortuna de convivir con ellos, de conocerlos, a veces con los bisabuelos; pero más atrás no conocemos nada y hay muchísimas cosas, todo lo que pasó en tu sistema familiar, cómo vivieron la vida a través de cada generación, pudo haber muchos elementos complicados como muertes, accidentes, dificultades entre la propia familia, adicciones, enfermedades”.
Órdenes del amor
Dentro de lo medular de esta técnica, añadió, son los “órdenes del amor”, es decir, tomar en cuenta al menos tres aspectos: el equilibrio entre dar y tomar, la pertenencia y la jerarquía. Entre los temas que más se tratan con este tipo de enfoque son los casos de exclusión, ya sea de manera simbólica o a través de distintas acciones, lo que sin duda impacta de forma distinta en cada persona. Generalmente este tipo de actitudes se originan porque alguno de los miembros de este sistema se comporta de forma distinta o porque no se somete a las reglas, normas o a los principios que se tienen como familia.
“Cuando excluimos a un miembro empiezan a existir síntomas en la familia, lo que debemos entender es que no se debe excluir a nadie del sistema, porque todos tenemos el derecho a pertenecer. Cuando hay en la familia un miembro al que se le trató de forma injusta, también lo excluimos, porque lo señalamos, lo enjuiciamos, en ese momento hay un síntoma, empiezan los conflictos, las variaciones”.
Reconocer lo que hay
Las constelaciones familiares, apuntó, tienen entre sus bases preceptos como el “reconocer lo que hay”, un paso bastante complicado, ya que en general se tiende a crear mecanismos de defensa, particularmente cuando se enfrenta un acontecimiento traumático o difícil, por lo que la primera reacción es el rechazo o el decir “esto no me está pasando a mi”; sin embargo, al mirar o reconocer lo que hay o a que se enfrenta, permite avanzar.
Otro de los puntos es el hacerse responsables, el concebirse como adultos que no culpan a otros de sus fallas, de sus carencias, de sus desencantos sino afrontar y avanzar.
Señaló que todos los días se hacen transacciones, tanto de emociones como de sentimientos, por lo que es sumamente importante observar que exista un equilibrio entre el dar y el recibir, particularmente con los padres, ya que no hay una forma de poder agradecer el dar la vida, ante ello, la mejor forma de honrarlos es desde el corazón.
“En una constelación, el campo te permite mirar, reconocer lo que hay sin juicio, al momento que tú lo reconoces, es aceptar para después transformar, lo primero es reconocer, cosa que no pasa, en la vida vamos negando, negando”.
Otro de los temas que más se abordan en las sesiones es la pareja, desde las rupturas hasta la comunicación.
“Esto tiene que ver, elementalmente, con este linaje, con nuestros ancestros, cómo es la relación con tus padres, conoces a tu papá o no, tu mamá estuvo sola, cómo hablaba tu mamá de tu papá, eso, lo primero que tenemos que hacer en constelaciones familiares es reconocer y dar el lugar sin juzgar y menos a los padres, los padres hicieron su esfuerzo, lo que podían, sabían y sentían o porque repitieron, porque fue lo que aprendieron”.
En grupo o individual
Este tipo de técnica se puede realizar en grupo, que es lo ideal, o de manera individual e incluso con el impacto de la pandemia de covid-19 se tuvo que migrar a las plataformas digitales; sin embargo, la especialista reiteró que la presencialidad hace la diferencia, pues el propio manejo de emociones y la interacción con el grupo, poder ver y sentir, hacen que la experiencia sea más cercana.
Cuando esta técnica se realiza en grupo, se habla de un tema de vida, generalmente las personas forman un círculo y en el centro se deja un espacio.
Posteriormente se elige a una persona a la que se constelará, y a su vez, de acuerdo con el tema a tratar, se selecciona a quién representará al padre o madre. Estas personas se ubican al centro del círculo y se comienzan hablar de los temas que van surgiendo.
“La gente que está ahí, que ni se conoce, se traen al centro, yo los voy guiando y empiezan a ocurrir un montón de cosas, por eso es tan impactante, porque la gente se empieza a preguntar cómo supo esto, es porque hay un campo y ese campo nos da o nos revela cosas, eso es lo interesante, por eso son tan fuertes, por eso también se prestan a que digan que es algo mágico, astrológico”.
En el caso de las sesiones individuales se hacen llegar otros recursos, por ejemplo, algunos juguetes a escala, muñecos o algún otro material, que sustituirán a las personas (madre, padre, entre otros), después se comienza a trabajar el tema elegido, comenzando la conversación.
Cada sesión en grupo tiene una duración de hasta cinco horas; sin embargo, cada ejercicio de constelación puede durar entre 20 minutos y una hora y media, dependiendo del tema, lo que vaya surgiendo, pues es una experiencia muy emotiva.
“Tiene todo un estudio, un fundamento, hay que hacer muchos ejercicios previos, hay que trabajar con uno primero, liberar cosas, entenderlas, para ya poderte poner al servicio de los demás”.
Recomendaciones
Recomendó acudir con personas calificadas, con referencias, porque de otra forma no se garantizan los resultados e incluso puede resultar contraproducente, ya que el manejo de las emociones se debe hacer bajo una metodología integral.
MMCF