El coronavirus no ataca sólo a los pulmones, puede dañar el corazón y el cerebro

Los que sobrevivan a la enfermedad sufrirán las consecuencias: no podrán recuperarse completamente y el daño puede ser permanente, especialmente en los pulmones.

Italia, España y Estados Unidos son los países más afectados por la pandemia. (AP)
El Mundo
Madrid /

El Covid-19 es una enfermedad que, si bien ataca los pulmones y el sistema respiratorio de los pacientes, también puede afectar de forma permanente otros órganos como los riñones, los vasos sanguíneos, los intestinos, el hígado, el corazón y el cerebro. En otras palabras, el coronavirus provoca un "ataque multiorgánico" que ya había sido anunciado por los médicos chinos cuando el coronavirus apenas lo había vaticinado la OMS.

A pesar de que, con el tratamiento adecuado los pacientes pueden recuperarse con éxito, los que sobrevivan podrían sufrir las consecuencias: podrían no recuperarse completamente y el daño puede ser permanente, especialmente en los pulmones. "Un gran número de los que se recuperen del síndrome de estrés respiratorio no podrá siquiera volver al trabajo", advierte Onjen Gajic, especialista de la terapia intensiva en el departamento de medicina pulmonar de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. 

Sobrevivir al coronavirus puede ser sólo el inicio de un largo viaje entre rehabilitaciones y terapias de apoyo.

El coronavirus puede afectar el sistema gastrointestinal

"No necesariamente el coronavirus golpea sólo a los pulmones", ha declarado a The New York Times Compton-Phillips, responsable clínico del sistema sanitario de Providence, que ha seguido la evolución del coronavirus en Estados Unidos. "La infección puede difundirse a través de las mucosas, desde la nariz hasta el recto. 

Según los expertos, el virus podría también tener la capacidad de infectar las células del sistema gastrointestinal y esto puede ser el motivo por el cual algunos pacientes tienen síntomas como la diarrea o la indigestión. Si los síntomas gastrointestinales tenían más o menos un rol fundamental en la pandemia, dado que los casos de diarrea o dolor abdominal eran extraños. 

Se ha comprobado que el virus puede entrar también en el flujo sanguíneo, tanto que se ha detectado en muestras de sangre incluso cuando no se conocía el grado de infección. Casi un cuarto de los pacientes, durante la epidemia de Sars, tenía diarrea.

Los daños en el hígado provocados por el coronavirus los ha señalado un estudio publicado en la revista Liver International el pasado 14 de marzo, realizado por los investigadores de la universidad de Wuhan, la ciudad china donde todo comenzó. Fue un trabajo conjunto con el instituto de virología de Esen, en Alemania. Los investigadores sostienen que el perjuicio al hígado puede estar causado directamente tanto por la infección del coronavirus como por los fármacos que se utilizan para curarla. Un aumento de las encimas hepáticas se puede dar en los pacientes infectados, pero el mecanismo es todavía incierto, ya sea por el efecto tóxico que destruye las células o por las reacciones inmunitarias generadas por el virus.

Cuando un coronavirus zoonótico se difunde por el sistema respiratorio, el hígado es uno de los órganos que más sufren. Los médicos han revelado casos con el hígado afectado, incluidos en los pacientes leves infectados por coronavirus. Los más graves han desembocado en insuficiencia hepática. 

¿Por lo tanto, qué sucede? Una vez que el virus accede al flujo sanguíneo, puede llegar casi a cualquier parte del cuerpo. Siendo el hígado un órgano muy vascularizado, es más fácil que le afecte. El virus podría infectar directamente el hígado, replicando y matando sus células, o que la reacción inmunitaria del organismo que se desencadena produzca inflamación en el hígado, como sucede con otros órganos.

El coronavirus también daña los riñones

El coronavirus no respeta tampoco los riñones. El 6 por ciento de los pacientes del Sars presentaban daños graves en los riñones. Varios estudios han demostrado que el Sars-Cov 2 puede provocar lo mismo. 

Una investigación china ha demostrado que los pacientes contagiados por el virus desarrollan facilmente una insuficiencia renal aguda en un 27 por ciento, sobre todo si son ancianos y sufren otras patologías como hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca. 

Esos daños pueden ser letales si el virus penetra en las células y comienza a replicarse. Pero no se ha probado que el Sars se haya replicado en los riñones. Todavía no se sabe si ocurrirá lo mismo con el Sars-Cov2.

Un paro cardiaco puede ser una consecuencia

Junto a la falta de oxígeno que puede provocar un paro cardíaco, no es raro que se produzca una reacción inmuno-inflamatoria con una insuficiencia miocardiaca. Además, se han observado daños en el pericardio e incluso la inflamación de los músculos cardíacos. Jama Cardiology ha publicado una relación de los problemas cardiacos entre los pacientes con coronavirus de Wuhan. 

El estudio, dirigido por el doctor Zhibing Lu en el Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan, ha descubierto que el 20 por ciento de los pacientes recuperados del Covid-19 ha sufrido daños cardíacos. Muchos de ellos no tenían ninguna patología cardiológica previa pero sus electrocardiogramas eran anormales y el riesgo de muerte para ellos, cuatro veces mayor respecto a quienes no desarrollaron complicaciones cardíacas.

Otro órgano dañado por el virus es el pancreas, encargado de producir la insulina. No lo ataca directamente, pero los pancientes diabéticos lo sufren. Durante la infección aumenta la necesidad de insulina y el pancreas de un diabético no produce suficiente. "Por eso en los pacientes enfermos de Covid-19 que sufren diabetes es necesario hacer controles y aumentar la dosis de insulina", considera Marc de Kerdanet, pediatra y experto en diabetes, consultado por Le Figaro.

El coronavirus también puede causar daño neurológico

El coronavirus podría causar problemas neurológico, incluso antes de los primeros síntomas respiratorios: ictus, convulsiones y delirios son algunos de los problemas detectados en los hospitales de medio mundo.

Los científicos que han estudiado el Sars han comprobado que el virus puede llegar hasta el cerebro de algunos pacientes. Un artículo publicado hace un mes en Journal of Medical Virology sostenía que no había que excluir la posibilidad de que el nuevo coronavirus pueda tener la capacidad de infectar algunas células nerviosas. La mayor parte de las personas afectadas por el Covid-19 parecen neurológicamente normales. Por lo tanto, los especialistas afirman que demasiado pronto para hacer afirmaciones definitivas o identificar los mecanismos específicos con los que el nuevo coronavirus influye en el sistema neurológico.

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