La 22 Zona Militar del Ejército Mexicano ubicada en el municipio de Rayón, en el Estado de México, abrió hoy sus puertas a la ciudadanía que sospeche tener coronavirus. Reconvirtieron su hospital para atender a pacientes con covid-19 y adecuaron las instalaciones en otra de sus sedes para en conjunto dar servicio a máximo 50 pacientes. La inauguración fue celebrada en la base ubicada en la carretera Toluca-Tenango.
En este lugar el nosocomio cuenta con 20 camas y aproximadamente 150 personas entre enfermeras, médicos y personal militar para hacer frente a la crisis sanitaria.
“El hospital ha realizado el proceso de reconversión para atender esta contingencia, en este momento nos encontramos al 100 por ciento para atender a pacientes civiles como a militares”, precisó Diana Ávila, mayor jefa del área de terapia intensiva.
Esta instalación cuenta con un “Triage respiratorio”, que es un espacio destinado para la detección, valoración y canalización de los casos sospechosos. Si llega un caso moderado o severo covid-19 pasa directo al área de choque del Triage y luego a terapia intensiva.
Para que el personal pueda cumplir con sus labores deben de acceder a una habitación en las que se colocan trajes especiales, caretas, guantes y lentes, entre otros aditamentos para evitar el contagio.
Hay un apoyo visual con el que certifican que hicieron la vestimenta de manera correcta y se recomienda entrar en parejas para que uno al otro apoye en evaluar el atuendo de su compañero.
También cuenta con la instalación del Regimiento Motorizado, en el municipio de Almoloya de Juárez, donde tienen 30 camas adicionales, 15 para hombres e igual número para mujeres, área de lavandería dedicada para a la ropa hospitalaria y fue diseñada para atender a los pacientes en recuperación o que por su condición no requieran de terapia intensiva atendida por personal de los estados de Chiapas, Tlaxcala y Puebla.
Se enlazan con el mundo exterior
Una de las preocupaciones de los familiares de los pacientes es el no conocer el estado de salud de los internados a quienes no pueden visitar por razones de seguridad, por lo que instalaron dos tabletas para hablar y conectarlos con el mundo exterior y escuchar de viva voz cómo evoluciona su estado de salud.
“La idea del módulo de vinculación familiar es constituirnos como un enlace no nada más entre el paciente y el familiar, sino entre los médicos y la familia. Sabemos que tener un paciente hospitalizado por esta circunstancia es una situación que genera tensión, genera incertidumbre y la idea es contribuir a establecer este vínculo, esta unión, esta comunicación”, precisó Kati Liliana Salas Cruz, mayor médico cirujano.
En caso de que así lo requieran, están preparados para hacer intervenciones en casos de crisis emocionales, resaltó.
MMCF