Con mucho entusiasmo y la bendición de Dios, Don Felipe López García, originario de San Luis Mextepec, en el municipio de Zinacantepec, llegó al módulo de vacunación instalado en la Unidad Deportiva y Cultural del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en San Juan de las Huertas, para recibir su segunda dosis de la vacuna contra el covid-19.
Entre sus manos, cargaba su pequeño puesto de cocadas y palanquetas y desde la fila comienza a ofrecer sus productos, primero a quien ya conoce, después a otros, a quienes les dice que sus dulces son de calidad.
Mientras le toman la temperatura y le ofrecen gel antibacterial, “amarra” su primera venta. Sus clientes, un par de elementos de Protección Civil, bromean con él, mientras lo felicitan por haber regresado a la aplicación de la segunda dosis y le desean que acabe pronto de vender.
Su ingreso a las áreas de vacunación fue rápido, a su paso llega a las sillas que se han dispuesto para ello, le toca el primer puesto de vacunación.
Mientras espera su dosis, contento plática que por más de 64 años se ha dedicado a la venta de dulces típicos y botanas, primero con el propósito de que a su familia no le faltara nada y después para mantenerse activo y tener algún ingreso, pues a sus 87 años, asegura es lo que lo mantiene con ánimo y con la alegría de vivir.
“Hay días en los que las ventas están bien; pero ahora con la pandemia como no hay dinero, no hay trabajo, aunque quieran los demás comprarme como antes, ahora ya no se puede, ahora con lo que se venda, uno está bien”.
Su jornada comienza desde las cinco de la mañana, pues todos los productos que Don Felipe vende son hechos por él, está atento en la selección de sus ingredientes; azúcar, cacahuates y coco de calidad para después venderlos en plazas como el Mercado Juárez, San Luis Mextepec, Zinacantepec y Almoloya de Juárez.
“Yo vendiendo dulces he ido a las ferias grandes que había, la de Aguascalientes, la de San Juan de los Lagos, iba yo a vender; hacia botana, todo lo que vendo lo hago yo”.
Con el comprobante de la aplicación de la primera dosis y su credencial de elector, espera esta segunda vacuna, con la que tiene el esquema completo; sin embargo, subraya que no bajará la guardia.
El personal de salud se acerca y gustosos comienzan con el protocolo para la vacunación, no sin antes gritar “cocadas, cocadas”. El objetivo se logró, Don Felipe está vacunado, y listo para seguir con su jornada.
“Hay que echarle ganas en esta vida, porque los que dicen no ya estoy viejo, ya estoy grande, están equivocados, porque entre más grande esté uno está mejor.
Con su pequeño puesto entre las manos espera que poco a poco se vaya regresando a la normalidad y pueda continuar ofreciendo estos dulces típicos, que lo alegran y lo hacen sentir especial, pues en muchos de los pueblos cercanos, ya conocen su sabor y calidad.
MMCF