Aproximadamente, el 80 por ciento de los mexicanos ya fuimos alguna vez portadores de la hepatitis A. En tanto, uno de cada tres podemos tener algún tipo de hepatitis B, C, D, E o F, misma que pudimos haber adquirido hace cinco, seis o más años, pero como carecemos de síntomas desconocemos si sufrimos de tal padecimiento.
Así lo dio a conocer el coordinador del Departamento de Epidemiología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), José Castell Martínez, quien apuntó que hay muchos tipos de hepatitis, pero las que más ocupan a los sectores de salud son A, B y C.
“La tipo A (…) la adquirimos por nuestros hábitos de higiene y dietéticos. Se adquiere a través de alimentos contaminados, entonces es muy frecuente que nosotros comamos en la calle, los hábitos de nuestra cultura no son precisamente los más higiénicos, entonces por ahí pudimos adquirirlo”.
Mencionó que el contagio es muy diferente en las hepatitis B y C, que se transmiten vía hematógena, es decir, a través de la sangre; y por vía sexual.
“La hepatitis tipo C inclusive la podemos adquirir si yo fuera portador y utilizo un rastrillo y tengo una cortadura, así sea menor, y después te lo presto y tú te afeitas también puedes adquirirla. Lo mismo ocurre con los cepillos dentales (…) si yo me cepillo los dientes y genero un sangrado, aunque sea micro, y después no se higieniza de forma adecuada el cepillo dental entonces si otra persona lo utiliza, también por ahí podemos pasar la hepatitis tipo C”.
Apuntó que la mayor casuística de contagio de los tipos B y C es sexual por la omisión del empleo de protección, en particular de condón o preservativo.
Añadió que en México, desde hace muchos años, se está aplicando mucha normatividad y haciendo muchas políticas públicas para regular el control de la sangre transfundida, por lo que se ha disminuido en gran parte la transfusión de hepatitis y de paso también de VIH a través de vía sanguínea.
Respecto a los síntomas dijo que discrepan mucho los de la hepatitis B y C, respecto a la A, “esto, sobre todo, por su forma de trasmisión”.
Indicó que los de la A incluyen malestar estomacal, malestar general e ictericia —Coloración amarillenta de la piel y las mucosas que se producen por un aumento de bilirrubina en la sangre como resultado de ciertos trastornos hepáticos—.
“Nos ponemos amarillos, incluso también en las conjuntivas, también hay ictericia conjuntival, y estos síntomas inician en no más de ocho días y también es una enfermedad auto limitante, podría extenderse hasta 15 días en promedio, pero es una enfermedad que se auto limita”.
Abundó que al contagiarse se está afectado el hígado, “y una de sus múltiples funciones es generar mucha glucosa. Dado que está dañado no tiene esa capacidad, entonces uno de los tratamientos que se les da a los pacientes, y más cuando son menores, es el alimentarse de carbohidratos, incluso a través de dulces o frutas, de cualquiera de estos tipos de carbohidratos, toda vez que el organismo no tiene la propiedad ni la capacidad de generarlo”
Respecto a los síntomas de las hepatitis B y C, reiteró que son muy diferentes. De entrada demoran varios meses, inclusive años, para que puedan manifestarse.
Destacó que si existiera la sospecha de ser portadores, la recomendación es realizarse pruebas serológicas de vía sanguínea, sobre todo cuando la base en nuestros factores de riesgo es alta, es decir, si se ha tenido múltiples parejas sexuales sin utilizar preservativo.
Agregó que el mejor sistema de protección es definitivamente utilizar siempre el condón o preservativo cuando alguien llega a tener otra pareja sexual o que ejerza su actividad sexual a través de múltiples parejas.
Respecto a las medidas de prevención para la hepatitis A, pidió evitar en lo posible comer alimentos en la calle, ya que insistió en que esta enfermedad se transmite a través de la ingesta de agua o productos contaminados.
El especialista señaló que hay tratamientos antivirales para las hepatitis tipo B y C. Además de vacunas para los tipos A y B, que informó las tiene disponible el IMSS, “muy eficaces, siempre y cuando se detecten de manera oportuna los casos sospechosos”.
Amplió que en el caso de la inoculación para la tipo C hay una diferenciación que todavía sigue en estudio. “Son prospectos”.
Resaltó que las inoculaciones para las hepatitis A y B forman parte del esquema de vacunación.
Reconoció que en este momento existe un desabasto a nivel nacional de las inyecciones para la tipo B para los recién nacidos, porque al parecer los suministros están atorados en la aduana.
“Nos enteramos de una cosa así (…) ahora se presentó una situación muy peculiar, pero los datos que tenemos es que ya vienen en camino para regularizar los esquemas de vacunación de los niños”.
Aunque evitó dar a conocer cifras del número de pacientes que atiende el instituto por estos padecimientos, aclaró que son pocos los casos, “no es algo que nos impacte. Por supuesto si nos vamos a los números específicos, es decir, por las enfermedades de transmisión de vía sexual, en ese apartado la hepatitis B y C sí ocupan unos de los primeros lugares”.
Mencionó que es muy baja la letalidad por el contagio de la hepatitis A; mientras que de las hepatitis B y C, es mucho más probable, dependiendo si no se pronostican a tiempo estos casos.
“A lo mejor a ustedes les ha tocado ir a donar sangre y se sienten completamente normales y ahí, a la hora de hacer los tamizajes o los análisis que se le hacen a la sangre antes de proporcionárselas o transfundirla a otro paciente, se estudian para VIH, para hepatitis B y C. Cuando detectamos uno de estos casos, lo que hacemos es llamar al paciente, informarle que resultó positivo o reactivo y pedirle que nos permita realizarle la confirmatoria y al hacerle la confirmatoria entonces se deriva, si es derechohabiente, por parte de nosotros, y si no, se delega a la Secretaría de Salud para que inicie su tratamiento. Mientras más oportuno y temprano es el tratamiento por supuesto que disminuye la letalidad por estas hepatitis”.
En el marco de la celebración del Día Mundial contra la Hepatitis, los datos que proporcionó la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año pasado es que 28 países sufren cerca del 70 por ciento de la carga global de hepatitis.
Entonces indicaron que los esfuerzos por eliminar esta enfermedad está ganando terreno, muestra de ello es que se añadió un nuevo tratamiento genérico a la lista de medicamentos precalificados contra la hepatitis C para aumentar el acceso a la terapia, y se promueve también la prevención mediante la seguridad en las inyecciones, que es fundamental para reducir la transmisión de las hepatitis B y C.
Cabe destacar que de acuerdo con estudios, la hepatitis es uno de los primeros padecimientos infecciosos que se han ido identificando en la historia de la humanidad.
De acuerdo con la OMS, los virus de la hepatitis A, B, C, D y E pueden causar infección e inflamación grave y crónica del hígado, que a su vez puede dar lugar a cirrosis y cáncer del hígado.
Estos virus representan actualmente un importante riesgo sanitario mundial, reflejado en los 240 millones de personas en el mundo que padecen infección crónica con el virus de la hepatitis B, y unos 150 millones con el de la hepatitis C.
Las hepatitis virales causan la muerte de cerca de uno y medio millones de personas cada año, sobre todo las hepatitis B y C.
Finalmente, citar que la fecha para la conmemoración del Día Mundial de la Hepatitis se eligió en honor del Profesor Baruch Samuel Blumberg, Premio Nobel, nacido un 28 de julio, que descubrió el virus de la hepatitis B y desarrolló la primera vacuna contra él.
El 80% de los mexicanos ya fue portador de hepatitis A
Uno de cada tres mexicanos puede tener algún tipo de hepatitis B, C, D, E o F, misma que pudo haber adquirido hace cinco, seis o más años, pero carecen de síntomas desconocen si sufren de tal padecimiento, dio a conocer el coordinador del Departament
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