Un grupo de investigadores europeos trabaja con simuladores de polvo lunar para la elaboración de ladrillos, que pueden emplearse en la construcción de hábitats en la Luna.
Por su parte, la NASA ha observado directamente “evidencias definitivas” de la existencia de agua helada en la superficie del satélite natural en las zonas “más oscuras y frías de sus polos”.
Debido a que la superficie de la Tierra y la Luna están cubiertas de polvo gris, fino y áspero, se pueden crear bloques sólidos para construir plataformas de lanzamiento y carreteras, así como hábitats que protejan a los astronautas del complicado ambiente, esto porque el polvo se puede aplastar, quemar y comprimir, dijo el asesor científico de la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés), Aidan Cowley.
Los equipos científicos europeos ven el polvo lunar como el punto de partida en la construcción de un puesto lunar permanente, lo que sería una alternativa para dejar de depender de los suministros terrestres.
Exponen que el suelo lunar es un material basáltico de silicatos, característica común en cuerpos planetarios con vulcanismo.
“La Luna y la Tierra comparten una historia geológica común y no es difícil encontrar material similar al hallado en la Luna en los restos de flujos de lava”, explicó Aidan.
Como materia prima, similar al lunar, los científicos emplearon polvo volcánico de erupciones que ocurrieron en una región alrededor de Colonia, Alemania, hace unos 45 millones de años.
Investigaciones del Centro Europeo de Astronautas (EAC, por su sigla en inglés) descubrieron que el polvo volcánico de esa área es una buena combinación de lo que está hecho el polvo lunar.
El sustituto de polvo lunar made in Europe ya tiene un nombre: EAC-1. La iniciativa Spaceship trabaja con EAC-1 para preparar tecnologías y conceptos para la futura exploración lunar.
“Una de las mejores cosas del suelo lunar es que 40 por ciento está compuesto de oxígeno”, detalló Aidan.
Por lo anterior, el proyecto One Spaceship EAC estudia cómo romper el oxígeno para ayudar a los astronautas a prolongar su estancia en la Luna; sin embargo, el polvo lunar está cargado eléctricamente, ya que es bombardeado con radiación constante, lo que provocaría que las partículas se despeguen de la superficie.
Para la recreación del comportamiento del polvo lunar en un ambiente de radiación, Erin Tranfield, miembro del equipo tópico sobre el polvo lunar de la ESA, muele la superficie de los simuladores lunares, así logró activar las partículas, pero borró las propiedades de la superficie. “Esto nos da una razón más para regresar a la Luna.
“Necesitamos muestras prístinas de la superficie expuesta al entorno de radiación”, concluyó Tranfield.
HALLAZGO EN CRÁTERES
Un equipo de científicos observó directamente “evidencias definitivas” de la existencia de agua helada en la superficie de la Luna en las zonas “más oscuras y frías de sus regiones polares”, según informó la NASA en su página web.
La mayor parte del hielo recién descubierto se ubica a la sombra de cráteres, donde las temperaturas más altas nunca superan los -156 grados centígrados, debido a que la pequeña inclinación del eje del satélite hace que la luz solar nunca llegue a esas regiones.
Dichos depósitos están distribuidos de forma irregular y “pueden, posiblemente, ser antiguos”, según las observaciones para las que se han empleado datos de un instrumento de la NASA llamado Moon Mineralogy Mapper (Cartógrafo Mineral de la Luna), M3.
En el polo sur, la mayoría del hielo está concentrado en los cráteres de satélite terrestre, mientras que en el polo norte la presencia de agua helada está generalizada, pero escasamente extendida.
El equipo, dirigido por científicos de las universidades estadunidenses de Hawái y Brown, y de Centro de Investigación Ames de la NASA, identificaron “tres firmas específicas que definitivamente prueban que hay agua helada en la superficie de la Luna”.
El M3, a bordo de la sonda lunar india Chandrayaan-1 que fue lanzada al espacio en 2008, estaba especialmente equipado para confirmar la presencia de hielo en la Luna.
Este instrumento recogió datos que no solo captaban las propiedades reflectantes que se esperan del hielo, sino que también era capaz de medir, de forma directa, la forma inconfundible en que sus moléculas absorben la luz infrarroja, de manera que podía diferenciar entre agua, vapor o hielo.
ESA desarrolla ladrillos para construir en la Luna
Científicos europeos usan residuos volcánicos de Alemania, semejantes al polvo del satélite, para no depender en el futuro de material terrestre.
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