La edad media de las personas que fallecen por covid-19 es de 63 años de edad; mientras que 37 por ciento de los adultos mayores en Puebla perdieron la vida luego de que dieron positivo a las pruebas.
De acuerdo con el análisis “Impacto del covid-19 en los adultos mayores y cómo se ha modificado su calidad de vida”, realizado por Mercedes Paola Dehesa Isidoro, investigadora en geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), la pandemia arrebató la vida a los adultos mayores y comparando un antes y un después, se observó que el aumento de muertes fue cinco veces más alto.
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Ante el coronavirus, 63 por ciento de los decesos, fueron personas mayores de 60 años: 60 por ciento hombres y 40 por ciento mujeres; mientras que la media de edad de personas fallecidas, es decir, el promedio fue de 63 años.
Aunque todas las personas corren el riesgo de contraer el virus del covid-19, las personas adultas mayores tienen una mayor posibilidad de enfermarse gravemente, porque en ellas existen cambios anatómicos y fisiológicos propios de la edad, aunado a las comorbilidades como la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, obesidad, el EPOC, el enfisema pulmonar, cáncer, entre otras, se sumaron para que estos adultos mayores entraran a una etapa de gravedad.
En Puebla, al cierre del mes de agosto del presente año, se registraron 102 mil 543 casos, de los cuales, ocho mil 347 corresponden a personas con edades de 61 y 70 años; y cinco mil 935 personas mayores de 71 años. La entidad poblana registró, al cierre del mes de agosto, 13 mil 496 defunciones, de ellas, 5 mil 315 eran personas mayores de 60 años, es decir, 37 de cada 100 adultos mayores llegan a morir en Puebla por contagio de covid-19.
Los efectos de la pandemia de salud en los adultos mayores impactaron en cinco puntos: menos vida y más muerte; una mayor vulnerabilidad; reducción de bienestar económico; disminución en la salud mental de las personas de este sector: y aumento de violencia, maltrato y descuido. "La pandemia evidenció la fragilidad del sistema de salud".
AFM