A más de un año de la pandemia, la tristeza y el dolor sigue aquí, se respira, se ve en los ojos de cada uno de que conforman el Hospital General Toluca, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en Metepec.
Detrás del cristal se ven sus rostros, muchos aún con caretas, cubrebocas, goggles y su equipo de protección personal; sus manos cubiertas con guantes de látex han tenido que decirle adiós a compañeros, médicos y enfermeras, químicas, laboratoristas, quienes dejaron su vida en esta batalla que se ha hecho eterna.
El covid-19 también sigue aquí, recordándoles esas largas jornadas llenas de miedo, en las que no se tenía certeza de nada, en las que el enemigo era invisible y desconocido.
Ahora, a más de 15 meses de que se registrara el primer caso de covid-19, el desgaste físico y emocional es menor, la carga es más ligera; sin embargo, la huella es profunda, pues en este hospital, al menos seis trabajadores y trabajadoras de la salud perdieron la vida en esta lucha.
En estos largos meses, aseguran, el aprendizaje también estuvo acompañado de duelo, de dolor; las horas pasaban entre el miedo al contagio y la esperanza de que pronto se acabara.
Así ha pasado más de un año, con una placa conmemorativa que se devela, se recuerda esta lucha, la placa “Miguel Hidalgo”, la más alta presea que ofrece el Estado Mexicano, por méritos, por la labor ejemplar para el resto de las instituciones.
El salvar vidas era el principal objetivo, el camino, añaden, estuvo lleno de una infinidad de emociones, pues tan sólo en esta unidad médica se atendieron a poco más de 4 mil 506 pacientes, con un diagnóstico positivo a covid-19.
Las notas de la Banda Instrumental del Ayuntamiento de Toluca coronaron los recuerdos, los reavivaron; mientras en la pantalla se muestran los nombres y fotografías de quienes perdieron la vida luchando contra esta pandemia; las miradas se dirigieron al piso, con una mueca desencajada, el personal de este hospital rindió un homenaje desde el corazón. El minuto de silencio se convirtió en aplausos, en una especie de agradecimiento, pues al final del día, la luz ha llegado.
“Esta pandemia nos trajo varias consecuencias, jornadas extensas de trabajo, entrar a áreas covid-19, en medio del estrés, tensión y miedo (…) no es momento de bajar la guardia. No pedimos pensar que esta circunstancia ya se superó”.
En 2017 esta unidad médica se convirtió en Hospital General, poco a poco se fueron incrementando sus camas censables y no censables; pero su personal nunca imaginó hacer frente a una pandemia, que un virus tan peligroso les arrebatara a sus compañeros y a sus seres queridos.
Así, con esta placa se reconoce a más de 784 trabajadores de la salud, a médicos, enfermeras, personal de limpieza, de seguridad, y de otras áreas médicas, que han entregado todo en su trabajo diario, al estar en la primera línea de batalla.
MMCF