Amante de la ópera, María Elena Medina-Mora (Ciudad de México, 1951) es especialista en el estudio de las adicciones. Por eso, al preguntarle si el amor es una droga, no tiene duda en decirlo: “Un amor mal entendido puede ser adictivo”.
Hasta octubre pasado fue directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz y en la actualidad dedica su tiempo a la academia desde El Colegio Nacional.
“Es una experiencia maravillosa porque me permite trabajar con diferentes disciplinas y eso enriquece la vida”, señala.
En entrevista con MILENIO, la doctora en psicología social por la UNAM explica la influencia que tuvo la figura materna en su vida, sus actividades cotidianas y ofrece una lección, casi un consejo: el amor no siempre llega a la primera.
Es integrante de El Colegio Nacional, fue directora del Instituto Nacional de Psiquiatría, estuvo en la Junta de Gobierno de la UNAM... ¿cuál es la receta del éxito?
Se acumula con los años y el chiste es ser consistente e ir aprovechando las oportunidades. Entiendo que hay que trabajar mucho, pero las oportunidades también se dan.
¿Alguna influencia tendría de su mamá?
Mi mamá, que afortunadamente vive, es una mujer extraordinaria. No la dejaron estudiar como ocurría en su época y se dedicó a educarnos y estar con la familia. Ella era una bióloga natural y le interesaban mucho las plantas.
¿Qué lección atesora de ella?
Me quedé sorda a los tres años y estuve siete bajo tratamiento. Había cosas que no podía hacer, como nadar, entonces mi papá me regalaba libros, pero los leía rápido y él me decía: “¿Aún no es quincena y ya quieres otro libro?”. Y mi mamá dentro de sus posibilidades me regalaba otros libros como La vida de las abejas.
¿En este momento qué libro está leyendo?
Acabo de terminar un libro que me tardé un año en leer: La isla bajo el mar, de Isabel Allende.
¿Cómo es un día habitual para usted?
Siempre me he levantado muy temprano. Me despierto a las 4 de la mañana, porque es una hora perfecta para leer y escribir, y puedo estar concentrada sin interrupciones. Más tarde me voy a la oficina y atiendo otros asuntos. Tengo muchos alumnos y asesoro a ocho estudiantes en sus tesis. Por la tarde vuelvo a escribir y los martes doy clases.
“La mejor educación es la que me dan mis alumnos, porque tienen esos ojos rebeldes que no toman las ideas como se supone que deben ser, sino que tienen otras posturas. Eso me reta mucho y me obliga siempre a estar pensando y encontrar nuevas cosas. Mis mejores alumnas son las que se rebelaron contra la forma en que yo hacía las cosas, y tenían siempre razón”.
¿Como estudiante fue rebelde?
Sí, intelectualmente era rebelde.
¿Lo sigue siendo?
No tengo mucho remedio con alumnos que me están retando constantemente.
¿Qué actividades realiza para relajarse?
Soy una persona bastante relajada, pero escucho música, leo un libro o me duermo temprano.
¿Qué género musical le gusta?
Siempre me he preguntado qué me gustaría ser si naciera nuevamente. Siempre he dudado entre ser violinista o cantante de ópera, aunque canto horrible. Me gusta más la ópera, me parecen fantásticos los vestuarios y la actuación.
¿El amor es una droga?
Digamos que un amor mal entendido puede ser adictivo. Eso quiere decir que se pierde la capacidad o la libertad y se vuelve una obsesión. Ahora, quitando la parte patológica extrema, ciertamente sí lo es, porque nosotros repetimos todas las conductas que nos producen placer y el amor es placentero, libera dopamina y es importante. En mi caso, tuve la suerte de tener una segunda oportunidad en la vida y toparme con una persona amorosa, con una bondad increíble y no puedo pensar mi vida sin él.
¿Cómo se enamoró?
Fue un acto medio loco. Yo lo conocía de tiempo atrás; él se había separado, yo estaba divorciada y nos encontramos. A mí me gustan los hombres inteligentes y él además es una persona linda. Después de estar 15 años sola y feliz no tenía intención de volverme a casar, pero me encontré con alguien que me cuida y eso me enamoró. Siempre me hizo sentir especial y luego me di cuenta de que con todo mundo es lindo.
¿Tiene algún consejo para enamorar?
Hay que aprender a conocer y respetar a la persona.
¿Es feminista?
No se puede ser mujer y no ser feminista. Creo en la necesidad de la igualdad de oportunidades y a las mujeres nos han costado más trabajo muchas cosas. Creo que hace falta el pensamiento de la mujer en la aproximación de muchos campos.