El cocodrilo de pantano (crocodylus moreletti) –una especie en peligro de extinción– es protegido por las comunidades que habitan dentro de la Reserva de la Biósfera Montes Azules, en Chiapas, las cuales han sido capacitadas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) para la conservación de la especie sin poner en peligro la vida de las personas.
“La Conanp exhorta a la población a lograr una convivencia armónica con la naturaleza, respetar el hábitat de esta especie y prevenir las interacciones fatales con la fauna silvestre”, informó la dependencia.
En un comunicado, la Conanp destacó que para facilitar su estudio y monitoreo, desde 2014 se trabaja con grupos comunitarios para formar capacidades locales para el monitoreo, vigilancia, atención a contingencias y acciones de manejo de los cocodrilos.
Además, existe un Protocolo de Interacción Hombre-Cocodrilo, establecido en 2018, mediante el cual se enlistan las medidas de atención, buscando promover la conservación de los cocodrilos en México y resguardar la vida humana a través de la coordinación intersectorial, en concordancia con el Programa de Acción para la Conservación de especies.
“Las acciones de conservación que se hacen en torno a la especie incluyen talleres de capacitación a grupos comunitarios, acciones de manejo, actividades de educación ambiental, participación en reuniones del Grupo de Especialistas en Cocodrilos, y diversos foros y capacitaciones”, indicaron.
El cocodrilo moreletti es considerado como una especie paraguas, ya que se encuentra en la parte más alta de la cadena alimenticia en los pantanos, siendo un depredador selectivo de presas. A su vez, esta característica le permite el control de otras poblaciones de animales y el reciclado de nutrientes importantes en el ambiente.
Especies paraguas
El concepto de especies paraguas o sombrillas, acuñado por el biólogo Bruce Wilcox de la Universidad Stanford en un artículo publicado en 1984. Las especies paraguas son aquellas que resultan significativas porque sus requerimientos (de espacio, alimento, posición en la cadena trófica, etcétera) son lo suficientemente demandantes, y la extensión de territorio que ocupan es lo suficientemente amplia como para incluir los territorios de otras especies de la comunidad a la que se busca proteger.
Producto de ello, se entiende que con sus hábitos cavadores y sus movimientos habituales, forman canales y reservorios de agua en la época de sequía que sirven de refugio a aves acuáticas y otros animales asociados al agua.
Esta especie se encuentra distribuida en Guatemala, Belice y el Golfo de México, así como en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. Por lo general, los especímenes alcanzan tres metros de longitud, y su hábitat se ha visto reducido de manera significativa.
De hábitos nocturnos, se agrupan cuando son crías y juveniles, los adultos son completamente territoriales y sólo comparten pequeños espacios en temporada de reproducción, sobre todo con hembras.
Los especialistas señalan que existen cuatro factores básicos por los cuales los cocodrilos llegan a atacar: por comida, defensa de su territorio, defensa de sus nidos y crías, debido a que llegan a confundir a personas o animales domésticos con sus presas.
lp