La entrada de agua salada al sistema lagunario, traerá una reducción en la captura de peces y dejará indefenso al sector ganadero y de agricultura, aseguran pescadores.
El panorama es desalentador porque actualmente es difícil la captura de la jaiba y la tilapia. Del metro y medio acostumbrados a observar, hoy es de aproximadamente 20 centímetros.
Incluso reconocen que hace 40 años pasaron por una fuerte sequía, pero no tenían en contra el tema de agua salada, que con la pandemia vivida, es una catástrofe en la naturaleza, y para quienes sobreviven de la actividad.
Comúnmente aseguraban una pesca de tilapia, jaiba, acamaya, bagre, carpa, pero ahorita este año, dejaron de obtener la jaiba, y es escasa la tilapia.
José Luis Cabrales, comentó a MILENIO Tamaulipas que es el comienzo de meses complicados.
“Hace como unos 40 años pasó, pero en este año está fuerte y eso que apenas estamos empezando, todavía faltan dos meses más de sequía, imagínese a dónde vamos a llegar si casi es tierra, esto será más complicado”, dijo junto a otros compañeros que afirmaban lo mismo.
Incluso detallan que en 2013 ocurrió algo similar, pero en esta ocasión el panorama es más extremo.
De sellar el paso de agua salada como desean las autoridades realizar, afectará el nivel de las lagunas, porque pueden secarse, provocando una posible mortandad de especies, y que agricultores como ganaderos batallen con el consumo del vital líquido que no servirá para subsistir.
Familias buscan soluciones
“El problema también será para los animales que tomen agua salada, porque morirá. Ahorita cada casa tiene un pozo; excavaron hoyos para sacar el agua dulce que servirá para los animales”, comentó el pescador que tiene 40 años con esta actividad.
Señaló que mediante estos pozos las familias buscan evitar la catástrofe que puede dejar la salinidad en lagunas, y al mismo tiempo para salvar sus cosechas como a quienes se dedican a la ganadería.
Desafortunadamente lo que menos se están capturando es la jaiba y la tilapia, lo que preocupa a los pescadores, porque cada negocio dedicado al rubro, dependen 150 familias.
“Lo más normal que se captura, es tilapia, jaiba, acamaya, carpa, bobo y bagre. Pero, ya no el bagre, la jaiba, ya no salió; lo que sale poco es la tilapia, pero haz de cuenta que la pesca es de 20 kilos, y ahorita solo sacan 5 kilos”, refirió.
En este contexto aseguró que al menos la producción bajó a un 75 por ciento y que puede llegar a cero, de continuar bajo este escenario.
“Si no llueven en los dos meses, es casi seguro que haya cero producción. El próximo miércoles acudirá Conagua a ver los afectados en el Camalote, porque el agua salada es un grave problema, y la sequía también”, dijo.
José Luis, detalló que en apoyo a sus compañeros pescadores de Altamira, conoce del problema que viven por la salinidad, pero otra de las cuestiones es la sequía, sobre todo porque está en riesgo la siembra, como tomate, calabaza, y chile.