Huertos urbanos, techos verdes y jardines verticales nacen como una tendencia mundial en Alemania en 1960 para dar un ambiente de tranquilidad y una mejor calidad de vida desde las casas más sofisticadas hasta en una vivienda de unidad habitacional o un restaurante o empresa; el objetivo es anteponer la construcción de edificios nuevos a la preservación de espacios naturales y ante la disminución de suelo, las personas colaboran con el cuidado del medio ambiente, así como contar con alimentos orgánicos que garanticen una mejor salud.
Actualmente está tendencia se encuentra en muchos países, pero se calcula que alrededor del 10 por ciento de los techos en Alemania son verdes. Ante esto, asociaciones de arquitectos brindan el servicio para la instalación de techo y muros verdes, así como universidades que asesoran a personas para que cuenten con un huerto en sus hogares.
En entrevista con MILENIO Puebla, Sergio Tinoco de la Mora, encargado de proyectos de Ecotecnología, huerto y capacitación de agua pluvial en el Centro Comunitario Segundo Montes SJ de la universidad Iberoamericana de Puebla, destacó que para las personas que tienen un gran interés de contar con un huerto en su hogar el único requisito es tener muchas ganas, tiempo para aprender y cuidar de sus hortalizas o plantas medicinales, toda vez que no es costoso pues se pueden utilizar materiales reciclados.
En este contexto, explicó que este proyecto con el que cuenta la universidad es un intercambio de conocimiento y surgió con la idea principal de atender las necesidades de la cooperatiava de plantas medicinales con las que cuenta la Casa Ibero, por lo que poco a poco se agregaron alimentos.
El académico indicó que el proyecto camina lento y actualmente se han capacitado a tres familias de la colonia Valle Paraíso de la capital, ya que este concepto no ha permeado en los poblanos, “el tema del huerto de casa, pienso que todavía no ha pegado mucho por el estilo de vida de la gente, ya que salen de trabajar y no tienen tanto tiempo para cuidar un huerto, pero es cuestión de tiempo”. Resaltó que la capacitación tiene una duración de más dos horas para cultivar hortalizas, jitomates y chiles.
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Cuidados y vigilancia
Mina López, quien cuenta con un huerto desde hace tres años en su hogar de plantas medicinales y hortalizas y otros alimentos, destacó que el contar con este espacio favorece la resiliencia y los procesos vivenciales, pues es una etapa de terapia.
En este contexto, enfatizó que en su caso se presentaron dos procesos paralelos; primero el de aprovechar los residuos orgánicos elaborando composta en casa y en el segundo aprendió a alimentarse de manera saludable, además de preparar remedios con las plantas medicinales, lo que se ha convertido en una oportunidad para estar en contacto con las plantas y reflexionar en sus hábitos de alimentación.
Explicó que a pesar de que la producción es pequeña, se garantiza que sea saludable, pues se tiene cuidado desde el cuidado de las plagas hasta la satisfacción de comer una ensalada de pico que gallo preparada con sus verduras cosechadas en su huerta.
Explicó que realiza su composta con cáscaras de verduras, frutas, restos de café y cascaron de huevo y de todo lo orgánico, pues en un bote domésticos o una caja de plástico o de cartón forrado con una bolsa negra forma el abono para integra por capas y hojas secas, así como arena que se encuentran en los parques y solo tienen que esperar 12 semanas para que se utilicen en una semilla o el cultivo. Por tanto, enfatizó que si todos en sus hogares contaran con unas cuantas plantas, el carbono no flotaría en el aire y estos residuos no llegarían al relleno sanitario.
La entrevistada comenzó con el cultivo de plantas medicinales y, actualmente, cuenta con menta, manzanilla, orégano, hierbabuena y después se animó a sembrar cilantro, jitomate, lechuga y pimiento.
“Ha sido linda la experiencia porque con mis amigas intercambiamos los cultivos como son los jitomates nativos (…) nos compartamos las semillas, no es enorme porque no cuento con un jardín con tierra, sino que cuento con un patio de servicio y ahí he acondicionado cajones de madera en la pared y macetas”, externó.
La dueña del huerto precisó que es una producción es pequeña y al mes o cada quince días obtiene verduras para realizar ensaladas, por lo que dijo que en cuestión de ahorro de dinero no es mucho, pero garantiza su salud alimentaria.
Asimismo, Mina López recomendó a la gente contar con este tipo de espacios para tener el hábito de sembrar sus propios alimentos o plantas medicinales como lo hacían nuestros antepasados.
Jardines verticales, para una mejor calidad de oxígeno
La pandemia nos hizo regresar a los principios de la vida. Al permanecer más tiempo en casa, la gente se preocupa por contar con más áreas verdes con jardines verticales, ampliar terrazas o jardines, por lo que actualmente le damos más valor.
Las plantas y vegetación nos brindan una mejor calidad de oxígeno y armonía en estos tiempos de coronavirus, externó Mariana Lozano, dueña de Enverde, arquitecta por la Universidad Iberoamericana, se ha capacitado también por múltiples cursos enfocados a la construcción ecológica y el desarrollo sustentable como Construcción de Ecosistemas Verticales (Paisajismo Urbano, España), Jardines y Áreas Verdes” Arquitectura Sustentable, Hidroponia Básica, Cultivo Biointensivo , entre otros.
“Claro que sí es una recomendación que en los hogares se cuenten con este tipo de jardines, que podemos estar en un lugar sano que te genere oxígeno y armonía (…) Si actualmente estamos más tiempo en la casa, pues con mayor razón y ante el covid-19 necesitamos espacios con mejor oxígeno para sentirnos más tranquilos y en paz, además que las plantas hacen esa buena labor”, enfatizó la arquitecta.
La entrevistada compartió que el primer jardín vertical o muro verde fue en 2007, cuando esta técnica de ocupar un espacio para la naturaleza era muy poco demandada, pues en México se tenía menor conocimiento del tema. Recordó que al inicio de esta aventura ecológica era muy poca la demanda, toda vez que los primeros jardines que desarrollaron eran más de apoyo del gobierno y capacitaciones o hoteles ecoturísticos que ya estaban enfocados al tema ecológico sustentable.
Mariana Lozano explicó que al no contar con áreas verdes en los espacios públicos es la mejor opción de recuperar los mismos, por tanto, los muros y techos verdes se convierten en la mejor opción porque se capta CO2, fija partículas suspendidas en el aire y crea hábitat para flora y fauna, convirtiendo pulmones de aire.
Precisó que actualmente el .01 por ciento de la población cuenta con un muro verde, por lo que todavía la cultura de este tipo de espacios es baja, e indicó que sus principales clientes son restaurantes y casas.
Cabe señalar que los muros verdes son hidropónicos, esto quiere decir que no integran tierra. Las plantas se siembran en textiles y tiene un sistema de riego en la parte superior que va humedeciendo por goteo toda la superficie y se conecta el riego a un sistema automatizado y todo funciona sin la necesidad de estar regando de manera manual.
A esto se integran nutrientes y mantenimiento al agua para que funcione de manera adecuada. Una vez que se instala el muro se brinda seis meses de mantenimiento al mismo, después de este periodo el cliente puede contratarlos o realizarlo por su cuenta.
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