La crisis sanitaria ha dejado un sinfín de pérdidas, no sólo humanas sino también la de empleo, quienes tuvieron que cerrar un negocio o tienen una carencia económica, además de la ausencia del contacto físico con otras personas y los seres queridos, sobre todo en las fiestas decembrinas, en las que se acostumbraba priorizar reuniones por todo esto se enfrenta un duelo ya que se mantiene una constante pérdida, refirió la especialista en tanatología del DIF Pachuca, María Berenice Vargas Hernández.
Igualmente aseveró que como seres humanos “somos personas arrojadas a la muerte y sí, en algún momento vamos a experimentar la pérdida y la muerte de seres queridos, así como la propia”, añadió, por lo que se debe tener presente en cualquier situación que el duelo no es algo que se trabaje sino que se experimenta, se vive, y al vivir un duelo es tener contacto ese vacío que la persona o la pérdida ha dejado, además de valorar la importancia de contactar con las emociones que genera esta situación.
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Pese a esto reconoció que sin duda la crisis sanitaria ha modificado cómo interactuar y las mismas formas de vivir este duelo, “pues bien sabemos que podemos entrar a hospitalización un día y mañana le dan el aviso a los familiares de que el paciente perdió la vida, entonces incluso como llevamos el duelo vemos cómo este proceso se ve modificado, es importante tener en cuenta el contexto sociocultural de las personas, sus creencias y su concepto de la muerte, cómo acostumbra llevar esos rituales y dentro de la pandemia tenemos que optar por rituales alternativos desde la tanatología es vivir ese duelo, pero desde aislamiento social”.
La dificultad de enfrentar este proceso en confinamiento, refirió Vargas Hernández, es debido a que no se puede tener un contacto directo con las personas que se tienen como una red de apoyo, amigos o familiares, por lo que se puede acudir a ciertas técnicas para poder llevar a cabo el duelo bajo las nuevas medidas de convivencia social, situación que seguramente predominará en el cierre de año y en las fiestas decembrinas con el uso de las conferencias virtuales para interactuar con sus seres queridos y con ello afrontar la pérdida de forma distinta.
“Una de ellas es la narrativa, se pide a la persona que tuvo esa pérdida que escriba, dibuje o realice un video para que las personas lo vean como una especie de homenaje para quien perdió la vida”.
“Escribir una carta a la persona que falleció, lo que permite experimentar y expresar sentimientos y escribir recuerdos, agradecer a esa persona, empleo o negocio, por la experiencia que vivieron juntas o juntos. Es importante tener en cuenta que dependiendo de cómo lleven su ritual de duelo que dentro de casa se abra un espacio significativo para los familiares que propician este duelo y tener un pequeño altar para ellos dependiendo de las creencias de cada persona”, afirmó.
Sin embargo, manifestó, que se debe tener consciencia de las medidas sanitarias y por ello evitar las reuniones y contacto con otras personas, pues se mantiene la entidad en semáforo naranja y es necesario tener ese distanciamiento social, usar la tecnología para hacer reuniones no presenciales, igualmente tener alimentación balanceada y horarios establecidos para comer, así como una higiene de sueño adecuada, dedicar tiempo para el descanso y la reflexión, activación física, actividades lúdicas y dentro del proceso de duelo se recomienda mucho la lectura y escritura durante este proceso de duelo, finalmente algunas personas se ponen objetivos de dejar un hábito poco saludable como consumo de alcohol tabaco o mala alimentación.
“El 40 por ciento de los pacientes viene por algún proceso de duelo, ante la pérdida de trabajo, un familiar o rompimiento de pareja, es algo identificado en esta crisis que se ha suscitado en mayor cantidad, muchos rompimientos de pareja; sí tenemos esta atención a la población que han tenido contacto directo con alguna pérdida o un familiar que tuvo covid-19 o que tiene experiencia con este virus y creemos que puede mantenerse esta tendencia al cierre del año”, concluyó.