Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) demandaron a los directivos de este instituto considerar el cierre de de la zona arqueológica de Teotihuacan los próximos 20 y 21 de marzo con motivo del equinoccio de primera, ”ante la grave crisis de salud mundial ocasionada por el Covid-19”, pues se trata de uno de los espacios que presenta mayor afluencia en esas fechas.
En días pasados el INAH dio a conocer que mantendrá abierto ese atractivo, con algunas restricciones y la cancelación de eventos y actividades artísticas programadas con motivo del equinoccio de primavera se cancelan, además de que no se permitirá el ascenso de los visitantes a las estructuras prehispánicas, en particular a las pirámides del Sol y de la Luna.
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Ante ello, mediante un escrito dirigido a Diego Prieto Hernández, titular de la dependencia, el arqueólogo de la zona Sergio Gómez Chávez solicitó “tomar las medidas conducentes para evitar el contagio y prevenir la propagación del virus”, entre ellas el cierre de la zona.
El investigador expuso que durante años, la llegada masiva de visitantes nacionales y extranjeros cada 21 de marzo a Teotihuacán ha sido un problema que se atiende con operativos que incluyen la presencia de cientos de policías y militares, así como de un gran número de trabajadores y voluntarios dedicados a brindar apoyo al visitante así como cuidar de los monumentos.
“También, es sabido que la presencia de miles de personas que asisten a estos sitios arqueológicos, bajo el concepto erróneo de ‘cargarse de energía’, es aprovechada por vendedores de toda clase de artículos, artesanías y sobre todo la venta de alimentos y bebidas. Las líneas de autobuses implementan ‘corridas’ adicionales para poder cubrir la enorme demanda de transporte público que se ve abarrotado”.
Expresó que para brindar servicio sanitario a tal cantidad de personas, el Instituto renta decenas de sanitarios portátiles (que luego de varias horas de uso continuo se encuentran extremadamente sucios), se distribuye agua potable en pipas y se instalan puestos de primeros auxilios, donde se atienden principalmente problemas de insolación.
Además, destacó que los varios puestos de comida y bebidas que se instalan de manera improvisada esos días carecen de las mínimas condiciones de higiene y podrían ser un elemento clave para la transmisión del Covid-19.
Afirmó que el uso de desinfectantes y antibacteriales para manos es recomendable pero no suficiente, pues “la transmisión del virus puede darse de otras formas que se ven favorecidas por el contacto personal en grandes aglomeraciones, como las que se suceden precisamente en los sitios arqueológicos cada 21 de marzo”.
Gómez Chávez recordó al INAH que durante la crisis de salud de la influenza A H1N1, en 2009 la zona arqueológica fue cerrada al público.
MMCF