Por qué ver agua podría ser casi tan beneficioso como beberla

Los cuerpos de agua podrían ser una buena opción luego de un día estresante, según dos estudios.

Las condiciones del agua podrían influir en el impacto en la salud | Foto: Cuartoscuro
Lizeth Hernández
Ciudad de México /

Es probable que el agua no solo ayude a que se cumplan funciones básicas para la supervivencia del cuerpo, también podría tener un impacto a nivel psicológico.

Y es que, de acuerdo con algunos estudios, un río, el océano, un estanque o hasta una piscina son un buen escenario para enfrentar un día largo, aún si no sabes nadar, ya que solo con mirarlos podrías sentirte más relajado.

¿Qué efecto tiene ver el agua?

En 2022 el psicólogo y profesor de la Universidad Pública de Davis California, Richard Coss, realizó, con ayuda de uno de sus ex alumnos, Craig Kelle, una serie de experimentos para comprobar si observar los cuerpos de agua tenían un impacto en sus pacientes.

La primera prueba se realizó en 32 participantes quienes se detuvieron a observar por un minuto diferentes objetos: un árbol ubicado en un estacionamiento, el agua de una piscina y un pequeño letrero ubicado en una calle concurrida.

Durante estos periodos, los psicólogos midieron la presión arterial y frecuencia cardíaca, notando reducciones en ambos niveles cuando los participantes observaban el agua de la piscina.

En un segundo experimento además de los parámetros anteriores, se tomó en cuenta la sensación de relajación. En esta ocasión Richard y su equipo tuvieron el apoyo de 73 participantes a quienes les pidieron caminar por un sendero ubicado en el campus de la universidad.

Imágenes de los lugares que las personas observaron en el experimento| Foto: Richard G. Coss

Se seleccionaron seis puntos con vista al suelo y al agua: durante un minuto con 40 segundos las personas tenían que observar estos lugares mientras se les tomaba la presión y se medía su frecuencia cardiaca. Este procedimiento se dio a lo largo de 4 meses.

En promedio, los resultados fueron más bajos cuando las personas miraron el canal ubicado en el camino. Además, al cuestionarlos, los participantes dijeron haberse sentido más relajados al mirar el agua en comparación con el suelo u otro punto del paseo.

Dentro del experimento también hubo una variable que no se predijo: tras analizar los datos, los psicólogos notaron que los efectos incrementaban cuando el cuerpo de agua era más grande y estaba más limpio.

Por otro lado, también se registró que en algunas de las medidas, los latidos de los participantes fueron mucho más rápidos al observar el agua, no obstante, en vez de señalar agitación, aseguraron sentirse más tranquilos.

Esto, según el propio Dr. Richard Coss, podría indicar que los pacientes confundieron un sentimiento de entusiasmo o alegría al ver el agua (particularmente el agua que se encontraba más limpia) con una sensación de mayor relajación. Los resultados fueron publicados en junio de 2022 en el Journal of Environmental Psychology. 

Imágenes de los lugares que las personas observaron en el experimento| Foto: Richard G. Coss

¿Cuál podría ser la razón detrás de los resultados?

Aunque muchas personas asocian el color azul del agua con la tranquilidad, los investigadores de ambos estudios tienen otra propuesta para explicar el por qué de los resultados.

Y es que si bien se plantea que el color del agua podría haber influido en la percepción de los participantes ya que los resultados positivos disminuyeron cuando el agua estaba turbia, el punto de ambos proyectos se centró en la relación con la evolución.

“Estudios infantiles sugieren que la percepción del agua tiene propiedades parcialmente innatas que probablemente reflejan un largo periodo de selección natural para la detección e investigación del agua”, destacan.

Y es que, según el informe, “a lo largo de la evolución humana, la detección exitosa de agua potable en ambientes áridos mitigó el estrés fisiológico de la deshidratación y actuó como un fuerte fuente de selección natural para conocer las señales ópticas del agua y quizás los índices fisiológicos de alivio”.

Aunque los resultados fueron prometedores, aún se desconoce si el observar un lago o el mar con mayor frecuencia tiene un impacto a largo plazo en la salud, por ahora, se ha confirmado que el bienestar que trae el detenerse a mirar el agua es temporal pero tangible.

Se ha señalado que las actividades que se realizan en los 'espacios azules' son una de las claves para que contribuyen en el bienestar | Foto: Daniel Gutiérrez

¿Los ‘espacios azules’ podrían ayudar a la salud?

Un espacio azul es, en gran medida, el nombre que reciben todas las aguas superficiales naturales, visibles y al aire libre con potencial para la promoción de la salud y el bienestar.

En 2020, un grupo de científicos reunió una serie de artículos para valorar si de verdad existía una mejora en las personas que estaban en contacto con este tipo de espacios, fue así que analizaron los resultados de investigaciones relacionadas con terapias oceánicas para veteranos de guerra, bienestar en jóvenes que surfean, los beneficios del buceo para personas con discapacidades físicas, entre una larga lista más.

Al respecto, en un artículo publicado en la revista Health Promotion International, integrantes del Instituto Whitaker, de la Universidad Nacional de Irlanda, confirmaron que en varios de los estudios se detectaron efectos positivos para la salud, especialmente beneficiosos para el bienestar psicosocial. Sin embargo, destacaron que más que el lugar, lo que había influido en los resultados era lo que se hacía en estos espacios.

“Los hallazgos sugieren cómo las actividades en el espacio azul, más que las cualidades particulares, podrían contribuir a la rehabilitación y la promoción de la salud”, señala.

A la par destacaron que hacen falta estudios de largo aliento para averiguar si los resultados positivos de algunas investigaciones se mantienen, “así como también cómo la relación con el espacio azul podría variar a lo largo de la vida”. 

Ver agua al aire libre ralentiza el corazón y reduce la presión arterial | Foto: Conahcyt

Por otro lado, en 2013 se publicó un artículo que explora la relación entre los entornos naturales y el bienestar. En la investigación con más de 20 mil participantes de Reino Unido se concluyó que aquellos que viven en hábitats naturales (incluyendo los espacios azules) decían ser más felices, lo que se explicaría por tres posibles razones:

- Una relación emocional humana "innata" a la naturaleza y a los organismos vivos.

- Los entornos naturales pueden tener menos "males" ambientales que tienen impactos negativos significativos en el bienestar físico y mental como la contaminación o el ruido.

-Los entornos naturales podrían aumentar la felicidad al facilitar y alentar conductas que son física y mentalmente beneficiosas (como algunos tipos de deporte). 


LHM 

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.