En noviembre de 2023, un joven originario de la Ciudad de México viajó al puerto de Sisal, Yucatán, para pasar sus vacaciones. Durante su recorrido por la zona decidió nadar en un estanque junto a la ciénega, donde se ubican los manglares. Fue ahí en donde terminó gravemente herido luego de ser mordido por un cocodrilo.
Un mes después, un hombre tuvo que recibir atención médica inmediata tras ser atacado por un animal mientras nadaba, todo ocurrió el 14 de diciembre pasado en la Playa Quieta ubicada en Zihuatanejo, Guerrero. Pese a los esfuerzos médicos, tras la amputación de su pierna, el turista murió. Los reportes indicaron que un cocodrilo habría estado detrás de lo ocurrido.
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El 23 de enero de este 2024, un joven de Tampico, Tamaulipas, resultó gravemente lesionado luego de entrar a la Laguna del Carpintero para ‘pelear’ con un reptil.
La presencia de cocodrilos en estas regiones no es rara, las tres especies que habitan en México se distribuyen en nueve entidades: Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Quintana Roo, Nayarit, Yucatán y Sinaloa, según la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa). No obstente su presencia en el país no debería implicar por sí mismo un peligro.
¿Cuál es la probabilidad de que un cocodrilo ataque?
En una entrevista para MILENIO, el biólogo Armando Rubio, miembro fundador de SOS Cocodrilo, detalló que, pese a que estos eventos se dieron en un tiempo relativamente corto, son bastante inusuales. De hecho, dentro de las estadísticas a nivel mundial, la probabilidad de que ocurran es casi nula.
“Para que un cocodrilo te muerda estamos dentro del 3%, pero este número se comparte con otras especies. Entonces, la probabilidad termina siendo de 0.0041%”, explica.
Entonces, ¿por qué se han reportado encuentros entre cocodrilos y humanos en más de una ocasión en México? Hay diversas formas de responder a la pregunta.
La primera: los humanos se adentran cada vez más en el hábitat del cocodrilo, dejándole aún menos espacio habitable. Un claro ejemplo de ello es lo que ocurre en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por integrantes de SOS Cocodrilo, en el año 1900 los grandes reptiles dominaban 2 mil 500 hectáreas de humedal en las regiones colindantes entre Nayarit y Jalisco. Para 2015, les quedaba apenas el 10%.
“Me atrevo a decir que nueve años después, los cocodrilos tienen entre 7 u 8%. Realmente no les queda mucho territorio”, señala Armando.
Esto se ha visto reflejado en un aumento en el número de interacciones entre humanos y cocodrilos. Sin embargo, el que se den mayores avistamientos de cocodrilos no necesariamente significa que el encuentro terminará en tragedia, en este caso interviene otro factor: las personas no han aprendido a coexistir con el animal.
Y es que, de acuerdo con los datos recopilados por el grupo de expertos en cocodrilos, más del 90% de los ataques documentados han sido propiciados por el humano.
En este caso, el biólogo junto con otros especialistas, han notado que en la mayoría de los reportes atendidos, las personas se adentraron al territorio del cocodrilo aún sabiendo de su presencia e ignorando la señalética de advertencia.
“El cocodrilo se defiende a mordidas si estás en su territorio. Nosotros no estamos dentro de su dieta, el cocodrilo no te va a perseguir o corretear, no te va a decir ‘ven aquí humano, te voy a comer’: no, es que estás dentro de su casa”, detalla Armando.
¿Qué hacer?
Algunas recomendaciones para reducir aún más la posibilidad de un ataque:
- Investigar con autoridades o en el hotel si hay presencia de cocodrilos en la zona
- Poner atención a los banderines: si hay uno de color rojo o morado en la playa es una señala de alerta, pues podría indicar la presencia de fauna de importancia para la salud pública
- No nadar en la noche, es el horario de caza de los cocodrilos
- Obedecer a la señalética, en la mayoría de lugares en los que se encuentran los cocodrilos hay letreros de advertencia
- No pescar ni llevar mascotas a las zona en que habitan estos lagartos
- No alimentarlos
De acuerdo con el seguimiento de SOS Cocodrilo, la mayoría de los ataques registrados se han dado durante prácticas de pesca rústica.
“Se meten hasta al estero, se cuelgan en la cintura los peces que han estado pescando y obviamente el pez se está moviendo, está sangrando, sacudiéndose y eso va a traer al cocodrilo. Ahí se han presentado la mayoría de los casos ", detalla.
Cuántos ataques se han registrado en México
Actualmente SOS Cocodrilo se coordina desde distintos puntos del país para mantener bajo vigilancia el comportamiento y dinámica de estos reptiles. El grupo cuenta con registros de 1958 a la fecha, con los cuales se han documentado poco más de 400 ataques.
En tanto, en manos de los humanos, de 2005 a 2023 se registraron 55 muertes de cocodrilos, esto solo a nivel local, en la región de Puerto Vallarta, Jalisco.
“Cazados, decapitados, descolados, a balazos, con azuelos, atropellados”, comenta el biólogo.
¿Cómo actuar ante su presencia?
De acuerdo con el Museo de Florida, existen formas de actuar cuando se está frente a frente con un tiburón. En este caso, la institución a cargo del Archivo Internacional de Ataque de Tiburones recomienda mantener el contacto visual con el tiburón y en caso de que intente morder, lo mejor es golpearlo ya sea en los ojos o las branquias.
Algo similar recomienda el biólogo Armando para el caso de los cocodrilos, pues explica que el punto débil de estos carnívoros son sus ojos.
“Pero realmente, si te está sujetando un cocodrilo, no creo que pienses muy bien en ello”, plantea el experto, quien llama a respetar todas las medidas recomendadas por autoridades y grupos de protección civil para evitar caer en este tipo de situaciones.
No se trata de una cacería de brujas
En muchas ocasiones, luego de que se presenta un ataque, la población suele exigir que se sacrifique al animal responsable o bien que se le reubique lejos de la zona. Sin embargo, esto, lejos de resolver el problema, lo agrava, ya que tiene un grave impacto en el ecosistema. Y es que los cocodrilos tienen una gran importancia ecológica.
“Los servicios ambientales que prestan son tremendos y no los vemos, por ejemplo, gracias a ellos se mantienen los esteros que nos protegen contra los huracanes, lo que nos falta es aprender de ellos”, destaca el especialista.
Cabe destacar que estos animales son considerados como especie paraguas: al ser depredadores, se encuentran en el punto más alto de la cadena de alimentación. Además, de acuerdo con la Profepa, en la época de sequía, los cocodrilos forman canales y reservorios de agua que sirven de refugio a aves acuáticas y otros animales, esto a través de sus hábitos cavadores y sus movimientos habituales.
LHM