Por si no crees, tic tac tic tac.
Las horas pasan lentamente aislado de familiares con profunda nostalgia y el brillo de mis ojos apagados a veces solo los abro para llorar, y la boca está seca muy seca, tiene sed y bebe las lágrimas.
En la cocina se a acabado los jugos, el agua de botellón, es fin de semana y pasaron dos días sin transporte y supermercados; me haré la idea de tomar agua potable, abro la llave del fregadero y pienso tanto en estos cuatro meses de intensa pelea en una guerra sin armamento, y cuento a los hermanos caídos y a los que todavía están en batalla... pero esto ya está fuera de nuestras manos
Y recuerdo los primeros días con un hospital vacío, era raro ver el área de urgencia con tres pacientes...
En un principio no había nada ...ni un paciente infectado de coronavirus después eran tres, después de tres seis, después de seis, nueve, y la cuenta siguió. Hoy se subieron 18 pacientes en el turno de noche, se han llenado tres pisos del hospital para puro paciente Covid, y mi temor aumenta como aumenta la gente que no cree que no usa cubre bocas, que no guarda su distancia.
El celular suena, es un mensaje del grupo de trabajo de whtasapp “12:30 pm… cuarto piso... área de Ginecología y Obstetricia… se prepara para recibir pacientes de Covid.
Mamás y bebés fueron trasladados a otra área provisional.
Me quedo en silencio y solo expreso, “mierda... ‘quédate en casa’ no sirvió de mucho”.
Mi temor era que se abriera otro piso en el hospital para la atención de más pacientes infectados.
Ser trabajador hospitalario es difícil, muchas veces estresante, y quieres que pasen las horas de tu turno para estar en casa, y quieres que pasen para escuchar o leer una nota que no sea amarillista donde se diga que se terminó la pandemia, pero eso va estar difícil porque afuera la gente sigue sin creer, sigue abarrotando los centros comerciales, sale a la calle sin cubrebocas y cuando enferman satanizan al Sector Salud.
Pero ellos son los responsables de todo, los que no entendieron nada de lo que está pasando, los que creen en las publicaciones de redes sociales y no investigan. Son consecuencias de esta pandemia porque aumentó la angustia, la ansiedad y el pánico.
La boca está seca muy muy seca, tiene sed y un ataque de tos me espanta, y me pongo boca abajo, tengo que permanecer horas así, en reposo. Enfermé en servicio de mi trabajo
Estar dentro de un área covid es traer el traje completo e implica no poder ir ni al baño, aguantarte para hacer las necesidades fisiológicas, no beber agua, ni comer, porque el traje lo tienes que traer todo el turno porque no hay más en bodega y no se te puede otorgar otro, y tienes que permanecer soportando calor, hambre y sed
Y cuando enfermas solo eres una pieza más y te mandan a casa y en el hospital el trabajo aumenta porque la plantilla de trabajo ya no está completa. El Gobierno nos mandó a una guerra sin armamentos y somos el desprecio de una sociedad ignorante por tratar de salvarles la vida. A los compañeros les arrojaron cloro en las calles, los bajaron de taxi, los mataron en sus casas.
Los muertos aumentan y la gente sigue sin creer. Piensan que las bolsas están vacías.
Las funerarias están saturadas, el mortuorio está lleno, pero el ruido me despierta porque el vecino tiene fiesta con grupo en vivo.
¿Y el extraño sentimiento de esta pandemia? Me invade este extraño despertar entre dudas y afirmación:
¡El cielo debe estar de fiesta! ¿¡Cuánta buena gente y buenos espíritus se nos han adelantado?! Amigos, tíos, abuelos, hermanos, padres y madres que están perdiendo la vida.
Para que el cielo siga de fiesta. ¡Y tú no crees!
Texto íntegro de Carlos Arzola