Ratones modificados genéticamente viajaron al espacio tras un mes en la Estación Espacial Internacional, estos roedores regresaron a la Tierra con cuerpos de ‘fisicoculturista’, informaron científicos del Laboratorio Jackson en Connecticut, Estados Unidos, y quienes buscan prevenir la pérdida de masa muscular y ósea en los astronautas en viajes prologados.
Todo comenzó en diciembre de 2019, cuando los científicos enviaron a 40 jóvenes hembras de ratones negros en un cohete de SpaceX a la Estación Espacial Internacional. Antes de ser enviados al espacio, los roedores habían sido modificados genéticamente mediante un proceso que bloqueaba una vía de señalización molecular, es decir, inmovilizaron un par de proteínas que normalmente limitan la masa muscular.
- Te recomendamos Investigadores logran regresión del cáncer de pulmón Ciencia y Salud
Al regresar a la Tierra, los científicos se percataron que los ratones no sólo habían conservado toda su masa muscular, sino que lucían un cuerpo de culturistas. Según asegura el estudio, el tratamiento aplicado en los animales fomentó la recuperación de masa muscular y ósea cuando regresaron.
La investigación fue publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias. Su autora principal Se-Jin Lee señaló que los 24 ratones que no fueron sometidos al tratamiento perdieron hasta el 18 por ciento de masa muscular y ósea en la ingravidez, como ya lo habían previsto.
Sin embargo, los ocho “super ratones” que fueron genéticamente modificados y que fueron envidados con el doble de músculo mantuvieron su volumen al regresar. De hecho, presentaron una musculatura mucho más grande, tanto que parecía que se dedicaron a entrenar durante su viaje.
Los roedores regresaron a la Tierra a principios de 2020. Fueron devueltos en buenas condiciones en una cápsula SpaceX, que se lanzó en paracaídas al Pacífico frente a la costa de California.
Para los autores de la investigación los resultados son prometedores, ya que podrían servir en el desarrollo de terapias que ayuden a los astronautas a mitigar la pérdida de masa muscular y ósea. También podría aplicarse en casos de personas que experimentas estas pérdidas debido a diversas afectaciones, como distrofia muscular, osteoporosis y enfermedades que causan desgaste muscular, como cáncer, enfermedades cardiacas.
Aunque señalaron que todavía tiene que hacer más investigaciones antes de probar el medicamento en personas para que incrementen su masa muscular y ósea sin que estos provoquen efectos secundarios graves.
“Estamos a años de distancia. Pero así es siempre cuando se pasa de los estudios con ratones a los estudios humanos”, explicó Emily Germain-Lee, co-autora del estudio. Las investigadoras señalaron que el próximo paso será enviar a más “super-ratones” a la estación espacial para una estadía aún más larga.
En la investigación se menciona como coautores a tres astronautas de la NASA: Christina Koch, Jessica Meir y Andrew Morgan, quienes atendieron a los ratones en el espacio, realizándoles estudios con imágenes e inyectándolos.
epc