En Hidalgo, de acuerdo con la secretaria de Salud estatal, Zorayda Robles Barrera, entre el seis y el ocho por ciento de los menores de edad en educación básica se ven afectados por el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Patricia Vega López, subdirectora de coordinación sectorial de Salud Pública, señaló que el déficit de atención e hiperactividad es un trastorno del desarrollo que afecta tanto a niños, adolescentes como adultos, el cual está caracterizado por dificultades para poner atención, falta de control de impulso, es decir, la hiperactividad y comportamiento impulsivo.
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Este 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, el cual precisó Vega López, tiene como objetivo es generar una sensibilización y conciencia sobre el padecimiento.
Mencionó que el trastorno lo padecen principalmente los niños derivado de una alteración en su desarrollo, “no es algo que el menor quiera generar ni consciente ni inconscientemente, entre más pronto se identifiquen los síntomas se les da el tratamiento”.
En cuanto a los síntomas, precisó que entre éstos se encuentran dificultades para poner atención, comportamiento hiperactivo, problemas de conducta, comportamiento impulsivo, baja tolerancia a la demora, todo lo quieren de manera inmediata y no aceptan un no como respuesta.
Puntualizó que estos síntomas causan daño a los menores, adolescentes y adultos en el ámbito académico, en las relaciones sociales y en la relación con las autoridades.
“Es un trastorno del desarrollo que tiene que ver con una carga genética, con una situación orgánica que se favorece mucho ante un factor ambiental que puede estarlo sosteniendo, no hay algo en específico que lo cause”, dijo.
Respecto a cómo se atiende el trastorno, Patricia Vega subrayó que se da un tratamiento integral, “a veces puede ser a través de medicamento de manera controlada con la experticia de un médico capacitado en salud mental o un especialista en psiquiatría, puede también tener un tratamiento psicológico basado en el manejo de conductas, de comportamientos”.
En cuanto a si hay una recuperación con el tratamiento, dejó en claro que no la hay, pero sí un control, “estamos hablando de un trastorno del desarrollo, una vez que se presenta lo único que hay que hacer es mantenerlo bajo control para evitar otro tipo de conductas que puedan causar daño a la persona y sus relaciones sociales o accidentes”.
Finalmente, añadió que si no se atiende las personas no pueden tener una convivencia, estar en un entorno escolarizado, ni convivencia con sus pares ni familiares y ser personas que sean estigmatizadas, discriminadas y sujetas a bullying o incluso desarrollar adicciones.
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