Las tinieblas llegaron a algunas ciudades de México, Estados Unidos y Canadá: por unos minutos, todo quedó envuelto en la sombra de la luna. El cambio fue experimentado por millones de espectadores, entre ellos, animales y plantas que se encontraban dentro del 'camino de la totalidad' del eclipse solar que se registró este 8 de abril.
En Mazatlán, Sinaloa, que fue catalogada como la mejor ciudad de México para poder apreciar el eclipse, se reportaron comportamientos ‘inusuales’ en las aves. Algunos usuarios de X (antes Twitter) compartieron videos en los que aseguraron que parecían desorientadas, mientras que otros más aseguraron que muchas habían regresado a sus nidos a dormir.
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En Torreón, Coahuila, lugar en el que también se experimentó la totalidad del eclipse, se puede apreciar el canto de las aves en los parques.
Incluso en estados en los que no se experimentó la oscuridad de una noche prematura, como la capital de Puebla (donde el eclipse fue parcial), se documentaron comportamientos atípicos en animales.
En Africam Safari, parque de conservación de vida silvestre ubicado en la capital de Puebla, se captaron múltiples pruebas de ello: los toros Watusi y el venado Axis se aprestaron a rumiar sus alimentos como hacen los herbívoros antes de dormirse.
Vuelo de las aves en Mazatlán durante el eclipse
Los flamencos comenzaron a vocalizar para posteriormente acurrucarse, como si fueran a dormir, mientras que una familia de lémures de cola anillada tomó su respectivo sitio para dormir. Incluso búfalos de agua y cebras caminaron hacia el área en la que se ubican sus dormitorios. Todo ello quedó captado en fotografías del reportero de MILENIO, Andrés Lobato.
En la Ciudad de México, en donde la ‘selva de asfalto’ impera, se registraron pocos cambios en la fauna, sin embargo, sí se captaron imágenes poco comunes, como las de perros con gafas para ver el eclipse, pues algunos animales de compañía fueron protegidos con este tipo de artefactos —aunque muchos especialistas lo consideran innecesario, puesto que los perros o gatos no suelen mirar el cielo—.
En el caso de las plantas, hubo intentos ciudadanos para comprobar si existían modificaciones, por ejemplo, una mujer grabó a sus gazanias, flores comúnmente conocidas como “dormilonas” debido a que por la noche se van cerrando.
En un principio el efecto no fue el esperado, pues no hubo gran cambio. Sin embargo, y según escribió en su cuenta de X, alrededor de las 12:26, las flores se cerraron a la mitad. Cabe señalar que el video fue tomado en Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde el eclipse fue solo del 82% es decir, no se oscureció en su totalidad.
Más que ser experimentado por las plantas, durante el eclipse fue posible captar un fenómeno muy particular a través de ellas, pues en sus sombras proyectadas en el asfalto se podían apreciar pequeñas medias lunas de luz solar.
Según la Sociedad Astronómica Estadounidense, esto ocurre debido a que se forma un efecto parecido al de una cámara estenopeica, pues los espacios entre las hojas de los árboles y plantas, funcionan como una especie de agujero por donde pasa la luz del sol. Así, las pequeñas imágenes en el suelo son como fotografías caseras del eclipse.
Cambios en el ambiente: más que una anécdota
Desde hace muchos años los científicos han prestado atención a los eclipses, mismo que tiene múltiples efectos en la Tierra que van desde cambios de temperatura, hasta cambios de comportamiento en animales.
Por ejemplo, en el Zoológico de Riverbanks, Columbia, Estado Unidos, diferentes tipos de animales fueron vigilados antes, durante y después del eclipse solar total del 21 de agosto de 2017.
Más de la mitad de las diferentes especies cambiaron su rutina durante el evento e incluso presentaron comportamientos de ‘ansiedad aparente’, como fue el caso de jirafas, un dragón de komodo, babuinos y loritos.
Además, en Kansas, durante el eclipse de 1994, varias especies de aves comenzaron con sus actividades nocturnas al inicio del evento.
De acuerdo con lo explicado por Africam Safari, algunos comportamientos suelen estar relacionados con la llegada de la tarde o la noche. Debido a que el eclipse suele traer un anochecer adelantado, el reloj biológico de algunos animales se puede ver alterado.
Ron Fernández, neuroetólogo y posdoctorante de la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destaca que hay organismos que se han adaptado al cambio que se da entre el día y la noche, de ahí que se desarrolle una especie de reloj interno conocido como ciclo circadiano.
El especialista detalló a Gaceta UNAM que, cuando ocurre algo extraordinario como el cambio de luz que se da durante un eclipse solar, se puede observar cómo algunos animales nocturnos “se activan”, mientras que aquellos que suelen estar despiertos de día, se aletargan.
En cuanto a plantas, si bien la información es más escasa, actualmente ya existen proyectos que plantean estudiarlas con mayor detenimiento. Por ejemplo, durante el Gran Eclipse Americano de agosto de 2017, un grupo de científicos en Wyoming se dispuso a observar a la Artemisia tridentata, un arbusto de desierto que crece en el oeste de los Estados Unidos.
Fue así que encontró no solo que hubo un cambio en el proceso de fotosíntesis, como el que se da cuando la noche llega, sino que además, cuando la luz del sol ‘volvió’, la planta tardó en recuperarse.
“La reducción de la temperatura, la VPD y, especialmente, la radiación entrante, alteraron el reloj circadiano de la artemisa desencadenando una respuesta mucho más allá de los efectos típicos de las nubes”, destacaron los investigadores en su estudio publicado en Scientific Reports.
Cabe señalar que desde octubre el también integrante del Museo de Zoología de la FC inició un proyecto en el que invitó a la ciudadanía a participar, consistía básicamente en grabar audios de la naturaleza durante el eclipse solar, esto con el fin de averiguar qué es lo que dice la fauna cuando el sol es ‘devorado’ por la luna.
El estudio recibió el nombre de “Paisajes sonoros durante el eclipse solar”, y reúne datos desde el 14 de octubre de 2023, año en el que una parte de México experimentó un eclipse solar anular (es decir, parcial).
LHM