La niña de blusa rosa y globo de colores en la mano derecha sube al acceso de la resbaladilla.
Pretende deslizarse sobre ella pero hay demasiados niños y vuelve sobre sus pasos.
Es domingo, 24 horas antes del Día del niño y los menores se divierten ya en los juegos del Parque Hidalgo.
Hay gritos de júbilo y alegría de los niños y niñas. Bajan por las resbaladillas y vuelven a subir a ellas una y otra vez con una sonrisa en los labios y energía que desborda.
Suben escalones una especie de montículos verdes de plástico hacia una de las resbaladillas, suben escalones de metal para cruzar un túnel de lazo rígido para descender por un túnel verde y hay otro acceso para descender por un túnel transparente.
Todos los niños y niñas son seguidos por sus papás de cerca. Los vigilan, los observan. Están pendientes de ellos mientras se divierten.
Los niños gritan, sonríen, miran a sus papás desde lo alto de los juegos. Bajan de los juegos y vuelven a subir una y otra vez sin detenerse. Son felices.
A lado de ese conjunto de juegos hay otro para niños más pequeños también con resbaladillas y túneles.
Acá no hay gritos de las niñas y niños pero también se divierten. Sus papás los miran de cerca sin perderlos de vista.
De uno de los túneles sale un niño, una niña y otro niño y vuelven a subir. La diversión no para.
"Mamá píntame la cara", le dice un niño a su madre y ella se niega. El niño observa hacia un puesto de máscaras y capas. Pese a la negativa de su mamá no llora, sonríe.
Ahí dos mujeres, una ya mayor y otra joven, pintan las caras de los menores de distintos diseños y colores según el gusto de los niños y de los padres.
-¿De cuál quieres?-, pregunta una mamá a su hijo y éste observa las máscaras y las capas de los luchadores Rey Misterio, Místico y Huracán Ramírez y de los superhéroes Hombre Araña, Iron man, Hulk y Batman.
El niño escoge una máscara del hombre araña y se la coloca. Ahora es un superhéroe.
Pero la diversión no termina ahí. Frente al puesto de máscaras se rentan autos de batería para los pequeños.
Un niño conduce un Jeep rosa, otro niño maneja una motocicleta verde, una niña maneja un deportivo negro, otra niña maneja un auto rojo con un copiloto a su lado.
Pisan el pedal de los autos y circulan a baja velocidad sobre una explanada en la que no hay dónde cubrirse del sol. Pasan de las dos de la tarde y el sol se estrella contra todo a su paso.
Aquí los papás también siguen a sus hijos de cerca. Caminan junto a ellos o los observan no muy lejos.
Por un momento los niños y niñas son conductores aunque el espacio para manejar sea pequeño; dan rienda suelta a la velocidad y el volante.
Todos se divierten, como los dos pequeños en motocicleta, uno lleva una máscara del capitán América y otro con una máscara y capa del Power Ranger Rojo.
Para seguir divirtiéndose hay ocho inflables en donde los menores gritan y continúan con una tarde agradable un horas antes del Día del niño.